El libro de Adam Lashinsky Inside Apple está resultando ser una mina de oro de anécdotas y curiosidades la mar de interesantes. ¿La última? La historia de cómo logró Steve Jobs arrebatarle a Cisco la marca registrada “iPhone” para utilizarla como nombre del teléfono de la manzana. La compañía de telecomunicaciones también poseía los derechos de la marca iOS antes de que Apple empezase a utilizarla así que… ¿qué ocurrió?
Lashinsky cuenta la historia de cómo Steve Jobs se salió con la suya con Charles Giancarlo, el jefe de desarrollo de Cisco y aparente heredero del CEO de la compañía, John Chambers, antes de que decidiese abandonar la empresa para unirse como alto directivo de una firma de inversión de compañías tecnológicas:
Giancarlo recibió una llamada directamente de Steve Jobs. “Steve llamó y le dijo que la quería” [la marca iPhone], recuerda Giancarlo. “No nos ofreció nada a cambio. Era como la promesa de que sería nuestro mejor amigo. Nosotros le dijimos: “No, estamos pensando en usarla”. “Poco después, el departamento legal de Apple me llamó para decirme que pensaban Cisco había ‘abandonado la marca’, lo que significaba que en la opinión legal de Apple, Cisco no había defendido adecuadamente sus derechos de propiedad intelectual utilizando el nombre”. Siguiendo esta forma de pensar, Apple consideró que el nombre iPhone estaba disponible para que ellos lo utilizasen. Giancarlo, que se encontraba en proceso de unirse a la prominente firma de inversores de Silicon Valley Silver Lake Partners, aconsejó a Cisco que que los amenazaran con demandarlos antes del lanzamiento. Luego, el día después de que Apple anunciase su iPhone, Cisco presentó la demanda.
Esta maniobra muestra algunas de las tácticas de negociación típicas de Steve Jobs. Jobs llamó a Giancarlo a su casa a la hora de cenar en el Día de San Valentín, como si las dos partes estuviesen regateando. Jobs habló durante un rato, cuenta Giancarlo, “Y entonces me dijo: ‘¿Puedes recibir correos electrónicos en casa?”. Giancarlo se sorprendió. Todo esto ocurrió en 2007, cuando todos los hogares de los EE.UU. ya disponían de una conexión a Internet de banda ancha, y estaba hablando con un ejecutivo de Silicon Valley que había trabajado durante años en tecnología avanzada de comunicaciones por Internet. “Y él me pregunta si soy capaz de recibir correos electrónicos en casa. Sabía que él simplemente estaba intentado cabrearme de la mejor manera posible.” Cisco se dio por vencida poco después. Las dos partes llegaron a un vago acuerdo para cooperar en áreas de interés mutuo.
Según el libro, los derechos de uso de la marca iOS se negociaron antes de que Apple empezase a utilizar el nombre para definir a su sistema operativo para dispositivos móviles peo se dice que Jobs se salió con la suya durante todo el proceso. Personalmente no termino de ver de que forma ayuda a una negociación cabrear a la otra parte, pero claro, yo no he levantado una empresa de 417.500 millones de dólares.
Investigando un poco más por mi cuenta al margen de lo que narra el libro de Lashinsky, veo que el departamento legal de Apple no estaba tirándose un farol precisamente, y el secreto está precisamente en la fotografía que acompaña a este artículo. Cisco registró la marca iPhone en 1999 pero para renovarla tenían que presentar pruebas de que la habían utilizado en algún momento de los seis años posteriores. La compañía presentó la fotografía del Linksys CIT200 con una pegatina tapando el nombre para sustituirlo por el de iPhone.
Evidentemente esto no era una prueba válida y aunque el período de gracia terminaba en mayo de 2006, Cisco no lanzó un producto con el nombre iPhone hasta diciembre de ese año. Demasiado tarde para que los abogados de Apple no se diesen cuenta y le diesen a Steve Jobs un par de armas nucleares con las que tornar la balanza a su favor en las negociaciones.
Vía | iClarified
Ver 30 comentarios