Ya sabéis que Internet está plagado de fenómenos o modas, programas y redes sociales que causan furor durante 5 minutos y luego se diluyen entre la masa de servidores que se limitan a almacenar toda esa información. El nuevo fenómeno que rodea Internet estos días se llama Minecraft.
Minecraft es un… ¿juego? Se supone que es un juego, sí, pero a nada que busques por Internet podrás comprobar que está rodeado de vídeos que se alejan de lo que podríamos denominar un juego tradicional. Minecraft se sitúa en ese genero denominado juegos sandbox, es decir, juegos en los que puedes hacer más o menos lo que tu quieras dentro de unos límites impuestos por el desarrollador.
En este caso hay varias vertientes de juego. Están los jugadores que se limitan a inspeccionar los mundos ya creados y evolucionarlos, jugadores que crean sus propios mundos desde cero y por último los jugadores que usan el juego como herramienta de modelado 3D creando cosas inimaginables.
Al ser un juego muy abierto podemos guiarnos por un sendero más o menos marcado o crear nuestro propio mundo a nuestra manera. Es un juego como tal, pero la versión gratuita únicamente se puede jugar mediante un navegador y la versión de escritorio tiene un precio de 9,95 euros. Si entras al juego por primera vez y no entiendes nada, aquí tienes un fantástico manual para situarte y entender los conceptos básicos.
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