Apple actualizó sus cifras de adopción de iOS 15 la semana pasada, señalando que esa versión ya está instalada en más del 63% de los dispositivos y en un 72% de todos los iPhone que se han presentado durante los últimos cuatro años. Si lo comparamos con la adopción de las versiones de Android son muy buenas cifras, pero es un ritmo de adopción menor que el de iOS 14 y versiones anteriores.
El probable motivo de más peso que ha provocado esta ralentización es un cambio que Apple decidió implementar con la llegada de iOS 15: la opción de seguir utilizando iOS 14 sin que el sistema te insistiera en actualizar. La presencia de iOS 15 se reducía a una etiqueta en la zona inferior del panel de actualización que podía pasar inadvertida fácilmente.
La transición de iOS 14 a iOS 15 como experimento
En aquél entonces nos preguntamos si todas las actualizaciones de iOS o iPadOS iban a ser así a partir de ahora. Seguimos sin saberlo, pero una entrevista reciente en Ars Technica nos ha desvelado que la intención de Apple ha sido siempre la de terminar con esa opción y motivar a todo el mundo a actualizarse a iOS 15 en algún momento. Era una medida temporal.
Eso ocurrió la semana pasada. Todos los usuarios que seguían usando iOS 14 y simplemente dejan que el iPhone se actualice a iOS 15 saltarán de versión estos días. Eso quizás provoque un salto en ese ritmo de adopción, y en Cupertino a lo mejor han aprendido algunas lecciones.
Dar esa opción ha permitido algo de margen de maniobra para que Apple pudiera aplicar las actualizaciones de urgencia de iOS 15 (siempre pasa algo con la versión del lanzamiento que hay que arreglar rápido) sin que eso afectara a muchas personas desde los primeros días. La compañía también debe de haber recogido estadísticas interesantes, como el porcentaje de personas que decidieron actualizarse a iOS 15 desde el primer día pulsando el botón para ello intencionadamente.
Que iOS 15 esté ya en más de 6 de cada 10 dispositivos a pesar de que la actualización ha sido opcional durante cuatro meses siguen siendo cifras muy buenas, y por lo tanto no me extrañaría que este modo de ofrecer las actualizaciones se extienda también a macOS o incluso a watchOS. Da la opción de conservar la versión anterior para aquellos que lo necesiten y la de actualizar a los que quieren disfrutar de las novedades lo antes posibles.
Esto también puede tener un lado negativo: también es una forma de amontonar las actualizaciones para así lanzar más en menos tiempo. Y si algo necesita Apple ahora es saber espaciar bien las mejoras de su software.
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