Esta app se ha convertido en mi favorita para escuchar música en iPhone y es perfecta para los apasionados del audio Hi-Fi

Esta app se ha convertido en mi favorita para escuchar música en iPhone y es perfecta para los apasionados del audio Hi-Fi

Se trata de una app diseñada para aprovechar el uso de DAC externos y adaptadores USB, además de evitar algún problema de iOS con el audio

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Durante los últimos años hemos vivido cierto apogeo —y obsesión— por la música de streaming en alta calidad. Música que igual después escuchamos por los altavoces del iPhone, pero ese es otro debate. Apple Music y su bastión Apple Music Classical ofrecen una calidad apabullante en no pocos discos. Tidal presume de tener masters digitales, si bien hay mucho de movimiento comercial en esta sentencia, no así con Deezer o especialmente Qobuz, que silenciosamente se aventajan en un par de apartados —porque, en esencia, ninguno de los archivos de esta plataforma de streaming está por debajo de cierto mínimo de calidad—.

Hay otros: Spotify y su largamente postergado plan premium, o Amazon Music y Youtube Music, que tratan a sus catálogos como pescado en una lonja. Pero no desviemos la atención de lo importante: si queremos disfrutar de la alta fidelidad al escuchar música, ¿cómo podemos hacerlo desde el iPhone? ¿Cómo sacamos provecho a esta evolución tecnológica? En mi búsqueda porque la música suene mejor, he dado con una aplicación que es la felicidad.

Vaya por delante que no hay disfrute si no se cumplen tres elementos: buena fuente original (música), buen conversor de audio (usualmente un DAC de alimentación externa) y buenos auriculares (cableados). Dejo al criterio de cada uno qué entiende por bueno, si prefiere cascos circumaurales o in-ear o si solo tiene presupuesto para un DAC tipo dongle USB y su gusto musical se circunscribe a descubrir música con IA. Para todos, esta joya llamada Ever Play es esencial.

Ever Play, una app para gobernarlas a todas (pagando)

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Dentro del mercado de la audifilia existen muchísimos reproductores que prometen no comprimir ni "estropear" la música que escuchas. Roon, Audirvana y Amarra, son tres opciones Hi-Fi que he disfrutado —y pagado— en el pasado, si bien son las mismas caras de las mismas monedas: funciones remote y poco más.

Luego están los reproductores que pueden con todo, con VLC Media Player y foorbar2000 a la cabeza. Son tan buenas que pagaría gustoso por usarlas. Pero no prestan atención a esa alquimia que es la conversión de digital a analógico y el tratamiento de señales de audio. Cuanto más raro es el contenedor más difícil es dar con un reproductor de audio a la altura. De hecho, en mi Macbook Air yo escucho la música a través de dos reproductores semi-desconocidos: Colibrí y Pine.

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Ever Play es un poco como si mezclas VLC con Roon. Un reproductor de música de alta resolución pura. Es decir, no tiene catálogo propio, no es Spotify ni Apple Music, aunque sí te pide unos cuantos euros —7,99 euros al año, no es dinero— a cambio de unas cuantas funciones muy jugosas. También se incluye la opción de reproducción offline en calidad 24bit/96Hz por 34,99 euros al año —el cargo se asocia a tu cuenta de iOS— y la posibilidad de adquirir la conversión DSD en tiempo real por 1,99 euros.

Otras funciones menores son sus visualizadores musicales, muy del gusto del iTunes de hace una década, un modo karaoke con seguimiento de letras en tiempo real —con traducción simultánea al chino—, pudiendo editar la tipografía y la velocidad. Eso sí, es imprescindible guardar las carpetas de los discos dentro del directorio de Ever Play o esta no reconocerá nada, ya que no realiza un escaneo profundo de todas las carpetas del sistema. Como debe ser, no estamos en un Android, vaya.

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Eso sí, como su origen insinúa, todas las "nubes" integradas son de origen chino. Es decir, se lleva muy bien con la Tencent WeiYun y Baidu NetDisk: accedes a sus servidores (DLNA), y a escuchar música. Con leer esto, cualquier usuario occidental ya tendría que arquear la ceja. Yo pensé lo mismo: "esto no es para mí". Por suerte, Ever Play también actúa como un transductor, un reproductor pasivo de la música que puedas tener tanto descargada en el interior de tu iPhone como la que tengas en un ordenador. Y como la propia app indica, si no quieres pagar, sin problema: disfruta de la música y listo.

Y los avales son los que siguen: Everplay admite archivos de música de hasta 384 kHz/32 bits, admite reproducción DSD256, conversión en tiempo real y remuestreo a la frecuencia que tú prefieras, además de admitir transferencia de archivos por Wi-Fi y por IP, intercambio de archivos entre Música (antiguamente iTunes) y Airdrop. Solo te faltarían tres cosas y ya las mencionámabos más arriba: música sin comprimir, unos buenos auriculares y, a ser posible, un DAC bien majo. A Ever Play solo le falta unificar todos los catálogos de los servicios a los que estés suscrito para integrar esta reproducción fiel en todo lo que escuches.

Conversión DSD en tiempo real

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A cambio, Ever Play te regala una calidad sonora sin precedentes. Por supuesto, Ever Play no hace magia. La tecnología juega con lo que tiene y aquí no hay una IA que te coge un archivo MP3 radiofónico a 64kbps y te lo convierte en una grabación en un master a 24-bit/192 kHz con una tasa de muestreo de 9216 kbps. Y es aquí donde entra en juego una máxima: si tienes música en alta calidad, Ever Play la aprovecha y le saca brillo.

Por cierto, un recordatorio amistoso: cuando hablamos de MP3 estamos hablando de un códec (contenedor) de archivos PCM. Archivos que van comprimidos en distintos contenedores. Apple, históricamente ha sido especialmente amiga de AIFF, ALAC y AAC y gracias a la fiebre de la fidelidad en el sonido digital, últimamente es fácil toparse con un ALAC a 24 bits en vez de un AAC a 16 bits.

Pero aunque PCM sea el estándar, hay otros. DSD (Direct-Stream Digital, codificación usando "densidad de pulso", valores de 1 bit a una frecuencia de 2.8224MHz) es mi favorito, aunque no hay diferencia con el anterior, ya que posee ciertas ventajas en la cuantización y muchas de las grabaciones de SACD que puedes comprar incluyen audio 5.1, algo imposible en un PCM 2.0. Ever Play también permite una conversión en tiempo real con compensación de retardo y la posibilidad de reproducir (de salida) y decodificar (de entrada) a resoluciones altísimas.

Si bien no existe el sistema perfecto, estos nuevos estándares logran que el ruido de la cuantización sea más bajo que nunca. Eso sí, la reproducción en formato MQA —desde Tidal u otra app— va regular—. Aquí todavía hay margen de mejora.

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Upsampling y oversampling

Otra opción jugosa es la del "upscaling mode". Durante la conversión de digital a analógico, cualquier sistema toma muestras. ¿Por qué? Porque necesita leer pequeñas muestras o samples de la original para, como un copista medieval, realizar una traslación lo más fidedigna posible al original. Aquí interviene tanto la capacidad analítica del escribiente como su buen hacer creando la copia, por seguir jugando con la metáfora.

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No quiero convertir este artículo en uno de la Wikipedia, pero lo que debe quedar claro es que el sobremuestreo mejora la resolución y la relación entre señal y ruido, lo que, con un poco de filtrado y ajuste, puede ayudar a reducir la distorsión de fase. En resumen, puedes llevar a cabo un upsampling en tiempo real. Es decir, modificar las frecuencias de muestreo para pasar, por ejemplo, de 44,1 KhZ a 192Khz o 384Khz.

Si bien es cierto que en una muestra de baja calidad no apreciaremos ningún cambio, el resultado será notable en canciones de alta calidad: una mayor precisión de conversión siempre implica una mejora en uno de los pasos clave. Lo mejor de todo es que Ever Play tampoco se queda corto en explicaciones y recomendaciones sobre las distintas limitaciones dependiendo de la fuente desde la que reproduces y escuchas —porque son cosas distintas, por cierto— música.

Y para los obsesivos, Everplay cuenta incluso con una colección de muestras, 388 megas de música clásica por 0,99 euros, para constatar la calidad del sistema con piezas y grabaciones canónicas —por los propios estándares y orquestas utilizadas— de 'Asturias', el 'O Fortuna' del 'Carmina Burana' o el 'Bolero' de Ravel.

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La integración con el sistema es rápida y totalmente iphonesca. Incluso existe la posibilidad de crear un atajo rápido para reproducir cierta canción en bucle, crear una playlist, elegir un tema para convertirlo en tu despertador... es de locos. El icono está ahí, divinamente integrado con iOS.

Un ecualizador de 16 bandas con cientos de preajustes

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Y dejamos para el final el ecualizador, que va del recorte de los 25 Hz a los 32k Hz. En la zona superior se muestra la curva de ecualización y abajo un "zoom" para poder editar a mano cada ajuste. dentro de los EQ Presets he encontrado casi cualquier cosa que se me ha ocurrido. Una forma de mejorar la pegada y la ganancia para quien busque graves más presentes en según qué canciones.

Yo, que soy más heavy que el fuego, he podido satisfacer mis vicios y debilidades con cada palo del metal, del más clásico al progresivo más estilizado y electrónico. Es decir, no existe un único preajuste para la música "clásica", sino que hay varias configuraciones para distintos estilos. No se incluye un buscador ni los preajustes están en orden alfabético, sino por orden de uso, así que aquí hay otra función de pago para los más sibaritas.

En resumen, pocas opciones mejores para iOS, por no decir ninguna. Ever Play es una app muy recomendable para cualquier entusiasta del audio de calidad superior, un referente para mí gracias a su reproducción Bit perfect y sus múltiples opciones de configuración de sobremuestreado y conversión DSD.

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