Durante el día de ayer Google sacó a la luz sus dos nuevos dispositivos móviles: el Google Pixel y el Google Pixel XL, dos teléfonos que en todo momento se compararon con el iPhone 7 y el iPhone 7 Plus, con la idea de ser los nuevos "iPhone killer". Si bien es cierto que por primera vez combinan software y hardware para mejorar la optimización de los mismos, las primeras pruebas de rendimiento siguen mostrando al iPhone 7 como el teléfono más potente.
En estos primeros resultados del test de rendimiento el Pixel y el Pixel XL han conseguido una puntuación de 1.665 en modo single-core y 4.176 en multi-core. Teniendo en cuenta que el iPhone 6s conseguía un 4.106 en multi-core podríamos pensar que están a la altura del iPhone del año pasado. Pero en single-core, que es como suelen trabajar la mayoría del tiempo los móviles, el iPhone 6s obtenía un 2.508 de puntuación.
Las diferencias con el iPhone 7 son aún mayores, pues el dispositivo de Apple en el test de un sólo núcleo conseguía un 3.430, siendo eso más del doble que el Pixel de Google. En multi-core el iPhone 7 obtiene hasta un 36% más de rendimiento, nada más y nada menos que 5.600 puntos.
Poniendo esto en contexto, el iPhone 7 tiene el procesador A10 Fusion de cuatro núcleos, dos de ellos de alto rendimiento a 2.34GHz y dos de alta eficiencia. La RAM del iPhone 7 es de 3 GB mientras que la del iPhone 7 Plus de 4 GB. En su lugar, el Pixel y el Pixel XL cuentan con un procesador Snapdragon 821 quad-core (dos a 2.15GHz y dos a 1.6GHz) y 4 GB de RAM.
Es un primer paso para Google crear esa unificación entre hardware y software, aunque parece que por ahora no es suficiente para hacer frente a los más de 9 años de experiencia que tiene Apple a sus espaldas con el iPhone, hecho de principio a fin por ellos tanto en temas de hardware como de software.
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