Color y Path: sobrevivir a la burbuja de las aplicaciones ¿o a la suya en realidad?

Color y Path: sobrevivir a la burbuja de las aplicaciones ¿o a la suya en realidad?
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Hace unos meses, la llegada de ‘Color’ y de ‘Path’ hizo recurrente la pregunta de si ya estábamos ya en la “burbuja de las aplicaciones”. Ambas habían recibido numerosa atención por parte de los medios y, en el caso de ‘Color‘, importantes inyecciones de capital antes de su salida, pero a la hora de la verdad, de saltar al público, defraudaron.

Estos días hemos visto como ambas se actualizaban a sus nuevas versiones, con la intención de ser más potentes, de buscar nuevas funcionalidades. Y ahora se han dado de golpe con la otra cara de aquel lanzamiento: después del hype, no hay nada. ¿Pero fueron realmente el ejemplo de la burbuja de las apps para iPhone (y otros sistemas)?

‘Color’: Cuando recibir 41 millones de dólares es perjudicial

Color iPhone

A ‘Color’ no se le ha perdonado nada. Es más: se le han buscado los defectos con más ahínco que a otras aplicaciones. Gran parte de culpa la tiene la propia compañía que la desarrolla y cómo se ha vendido, fomentando la “next big thing”, la idea de que se va a dar con algo realmente innovador.

Y otra gran parte de culpa recae en haber recibido 41 millones de dólares de financiación, una inversión a todas luces atípica para una aplicación que aún no se había lanzado y que era poco más que una idea. Cuando se lanzó finalmente al mercado, en marzo de este año, resultó ser sólo otra aplicación de fotografía social, que ponía el enfoque en compartir fotos con nuestro entorno real, no sólo el virtual.

¿41 millones de dólares por enseñar fotos a la gente que vive cerca de ti y, ya de paso, renunciar a unas cuantas opciones de privacidad? ¿Por sólo eso? Era lógico que llegase la marea. Pero, claro, al frente de ‘Color’ no está un cualquiera: Bill Nguyen encabeza la compañía y antes ya ha triunfado en negocios digital: creó Onebox.com (para recibir faxes, e-mail y voicemal) y Lala, el servicio de música digital que Apple compró antes de lanzar iTunes a la nube.

La burbuja cultural

Hay algo en lo que falla también ‘Color’ pero de lo que ‘Path‘ es el máximo ejemplo: la dificultad para trasladar ideas que sobre el papel parecen brillantes a un público más o menos mayoritario. La idea detrás de la aplicación creada por Dave Morin, antiguo ejecutivo de Facebook, era la de restringir la red social a sólo 50 personas; pasar así de una red social a una red personal.

El problema al que se enfrentó ‘Path’ (y también otras propuestas, incluidas algunas conocidas de sobra y líderes en lo suyo como ‘Foursquare’) es lo que The Guardian llamó ‘la burbuja de Silicon Valley’. Ya no es que haya o no exceso de inversión en software aún por demostrar que sirva para algo, sino que quienes emprenden estas aplicaciones y quienes las jalean y las consideran como algo tremendamente útil podrían estar demasiado metidos en su ecosistema y asumir que el resto de usuarios las va a adoptar con la misma facilidad.

Más allá de eso, ‘Path’ limitaba a 50 los amigos tratando de estar siempre por debajo del Número de Dunbar, una teoría que asegura que 150 son los individuos máximos con los que podemos relacionarnos plenamente. Y es una idea fantástica… salvo que para una aplicación social, tener pocos contactos implica también tener pocas posibilidades de difundirte de manera efectiva. Hoy en día todo se parece más a la canción de Roberto Carlos: tener un millón de amigos o, al menos, encontrar a cuantos más mejor.

El camino Instagram

Instagram

¿Pero existen esas dos burbujas en las aplicaciones? ¿Tienden a sobrevalorarse por culpa deléxito de unas cuantas? ¿Tendemos, desde una perspectiva especializada, a creer que lo que es novedoso y aporta un enfoque diferente va a ser, en consecuencia, útil?

Si miramos la App Store, es obvio que existen demasiadas aplicaciones que no han recibido el apoyo económico de ‘Color’. Aunque sí podemos citar bastantes ejemplos de apps que, como ‘Path’, fueron alabadas por los medios especializados pero no han conseguido asentarse con un número de usuarios potente.

Y, en todo caso, también está el ejemplo contrario, el de ‘Instagram’, que empezó con sólo 500 mil dólares y, en apariencia, poca utilidad y ha sido después del éxito cuando ha recibido apoyos externos, financieros y de visibilidad en los medios. O el de ‘Read It Later’, que durante años ha sido obra de una sola persona y hasta hace poco no ha conseguido el apoyo de inversores externos (entre otros, Google), que le han aportado 2,5 millones más.

En realidad, más que burbuja lo que parece haber es la moda de las aplicaciones, no la de su precio o la de ‘Silicon Valley’: Hoy parece que todo pasa por tener una app en la App Store (o en el Market de Android). De ahí a concluir que el mercado está económicamente hinchado hay un paso en el que obviamos la cantidad de desarrolladores con pocos medios que luchan por conseguir una aplicación útil y de éxito.

¿Y ahora qué?

Path

¿Y qué ocurre entonces con ‘Path’ y con ‘Color’? ¿Es posible sobrevivir a su propio hype? Parece complicado: precisamente por haber tantas aplicaciones, algunas de ellas muy útiles, tendemos a instalar, probar y olvidar las que no nos valen, bien por concepto, bien porque nadie más las usa.

Según el propio Nguyen, la idea de ‘Color’ va más allá de lo que vimos en su primera versión y pretende ser una red social potente. Y su última actualización apuesta por Facebook como el camino para llegar al mundo real. ‘Path’ ha introducido mejoras, más amigos e integración completa con Facebook y Twitter para convertirse en un “diario social”. El concepto original, el que tanto se valoró, se diluye: se pincha la burbuja de Silicon Valley y, al final, todo pasa por Facebook también para ellos.

Ambas tienen un futuro complicado para convertirse en un éxito real. Ya lo decían Public Enemy, Don’t Believe The Hype.

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