La historia de Wacom con su Intuos Creative Stylus 2 es la historia de una compañía que subestimó las limitaciones de la pantalla táctil del iPad y se encontró a si misma en el peor escenario posible con un producto que no estaba a la altura de su buen nombre como fabricante de tabletas gráficas.
Un año antes, la compañía había cosechado un gran éxito con la primera generación del stylus, un producto muy recomendable que en su momento no dudamos en recomendar, y se marcaron el objetivo de subir la apuesta. El Intuos Creative Stylus 2 mantenía el mismo acabado sobresaliente del modelo anterior, con un agarre y una sensación al tacto excelentes y los 2048 niveles de presión que hicieron tan popular a este, pero también introducía mejoras inmediatas como una batería recargable a través del conector micro USB oculto en su extremo superior y una punta considerablemente más fina para una precisión de trazo aún mayor.
Wacom tenía un buen producto entre manos, lo fabricó y comenzó a enviarlo a todas partes. Y entonces, dos cosas pasaron: iOS 8 y el iPad Air 2.
El primero modificó sin previo aviso el modo en que el sistema interpreta los datos del panel táctil para ofrecer a las apps unas coordenadas de contacto que no solo en tienen en cuenta dónde hemos tocado con el dedo, sino también las variaciones en el ángulo de refracción de nuestra linea de visión. Esto mejora bastante la experiencia de los usuarios en la mayoría de situaciones, pero en las apps de dibujo donde la precisión es más importante que la sensación los desarrolladores tienen que invertir estas correcciones; un proceso que no es en absoluto sencillo.
Lápices como el primer Intuos Creative con una punta gruesa son más tolerantes a los pequeños errores de alineamiento que se pueden producir, pero en el caso que nos ocupa, la sensación era la de estar dibujando un trazo a un centímetro de la punta. Wacom comenzó a trabajar en su SDK, el que utilizan los desarrolladores para dar soporte a estos lápices activos, pero entonces el iPad Air 2 fue presentado y, cargándoles de más peso sobre sus hombros, lo hizo con una nueva tecnología de pantalla que causaba interferencias no solo con este, sino con todos los lápices activos.
Y entonces, la solución
Siete meses después, y tras múltiples versiones de este SDK y las apps que lo utilizaban, Wacom ha dado al fin con la clave, corriendo a actualizar su propia app, Bamboo Paper, y trabajando junto a Savage, creadores de la que probablemente es la mejor aplicación de ilustración para iPad, Procreate, para lanzar la primera versión en la que podemos disfrutar del Intuos Creative Stylus 2 (y el Bamboo Stylus fineline, una versión algo más económica que también lanzaron en septiembre).
Procreate 2.3 es un auténtico bálsamo para los verdaderos protagonistas de esta historia, los usuarios. Todas las generaciones del iPad mini, así como el iPad 3 y 4, y el primer iPad Air son totalmente compatibles, mientras que los usuarios del iPad Air 2 también pueden conectar y utilizar todas las funciones del lápiz aunque oficialmente no se consideren aún compatibles. Por si os sirve de ayuda, yo mismo he podido probar ambos y puedo confirmar que más allá del mensaje al conectar de "Lápiz no compatible", el funcionamiento es bastante satisfactorio.
En cualquier caso, tanto Savage como Wacom aseguran seguir trabajando para mejorar y ampliar la compatibilidad con el iPad Air 2, pero tengo claro que la solución definitiva para que no vuelvan a pasar cosas como esta en el futuro es que Apple espabile y: A) Desarrolle su propio API para este tipo de aplicaciones de precisión. B) Integre en sus próximos iPads la tecnología EMR de Wacom licenciándola tal y como ya hizo en su día Samsung o, ya puestos, lo haga con la tecnología AES, también de Wacom, más novedosa y con diversas ventajas especialmente a la hora de apuntar a la fabricación de pantallas de mayores dimensiones. ¿Alguien dijo iPad Pro?
Más información | Wacom Intuos Creative Stylus 2 (79,90 euros)
En la App Store | Procreate (5,99 euros)
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