Una propuesta filtrada desde la Unión Europea podría, de aprobarse, obligar a todos los fabricantes de teléfonos móviles a un gran cambio: permitir que los usuarios extraigan las baterías. Según el medio Alemán Het Financieele Dagblad los documentos filtrados indican que la UE quiere que sea más fácil cambiar la batería a los teléfonos móviles.
Un punto a favor, muchos en contra
Hace algunos años todos los teléfonos móviles tenían baterías extraíbles y estas, podemos decir, duraban apenas una conversación telefónica. En estos casos, quedarse sin batería tenía una solución sencilla: cambiar la gastada por una recién cargada.
La Unión Europea parece querer volver a este modelo desde un enfoque ligeramente distinto. Ya sabemos que las baterías son elementos químicos que envejecen con el tiempo y dejan de suministrar la misma cantidad de carga. Cuando, pasados los años, la batería de un iPhone ofrece un rendimiento demasiado bajo y necesitamos mejorar la situación ¿cambiamos de teléfono o de batería? Según la Unión Europea cambiamos de teléfono. Por ello, y según la propuesta, facilitar el recambio de baterías gastadas haría que los teléfonos duraran más años. Con esta medida se buscaría reducir la basura electronica que se genera anualmente.
La intención puede ser buena, pero la ejecución puede encontrar más que varios impedimentos. Encabeza la lista la resistencia al agua y al polvo, cojamos el ejemplo del iPhone 11 Pro. Permitir que un teléfono que actualmente es resistente al agua hasta 4 metros durante 30 minutos y hacer que se pueda abrir para cambiar la batería solo significa una cosa: dejará de ser resistente al agua y al polvo. Al menos, no podrá ofrecer el mismo grado de protección. Y la preguntas que nos hacemos todos: ¿con esta medida alargaremos la vida útil del dispositivo? ¿qué pasará cuando usemos el teléfono bajo un poco de lluvia? ¿y si le entra polvo?
Más allá de la resistencia a líquidos y polvo entra en juego un elemento de gran importancia, la seguridad. Sabemos que las baterías de iones de litio que llevan nuestros teléfonos son altamente inflamables. Más de una vez en algún avión ha habido algún susto con esta clase de baterías. Según se plantee la ley, el usuario será el responsable de hacer el recambio de la batería. En este caso garantizar la seguridad de la operación es bastante complejo. Y como tema colateral queda el nada desdeñable aspecto del reciclaje, ¿cuantas baterías acabarán en el contenedor de la basura? probablemente demasiadas.
De hecho, podemos ver que Apple es solamente uno de los muchos fabricantes de teléfonos cuyas baterías solo pueden ser reemplazadas por un servicio técnico especializado. Poco a poco la industria ha migrado a este sistema.
Por ahora, la propuesta está solamente en fase de preparación y se espera que sea presentada a medianos de marzo por Frans Timmermans, vicepresidente de la comisión europea "Green Deal". De su presentación a una supuesta aprobación y a una posterior entrada en vigor pueden quedar años.
Esperemos que, para entonces, y junto a la propuesta de obligar a un cargador común y no permitir solamente la carga inalámbrica, los argumentos a favor y en contra hayan sido debidamente sopesados.
Vía | Het Financieele Dagblad
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