La batería de un dispositivo electrónico en mal estado puede ser peligrosa, generando explosiones o incendios. Por ello, es lógico que haya que tomar precauciones en los aviones, entornos tan cerrados en los que un incidente de estas características podría tener unas severas consecuencias.
El pasado mes de junio Apple realizó un llamamiento voluntario para un programa de reemplazo de baterías en los MacBook Pro de 15 pulgadas vendidos entre septiembre de 2015 y febrero de 2017. Al parecer, sus baterías estaban defectuosas y podían sobrecalentarse, hasta el punto de explotar.
Durante ese periodo de tiempo, se estima que se vendieron cerca de 432.000 MacBook Pro en los Estados Unidos que eran aptos para el reemplazo de la batería. En Canadá la cifra era más baja, unas 26.000 unidades. Respecto a Europa, todavía no se ha podido llegar a un número más o menos concreto. Ante esto, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha prohibido viajar con modelos susceptibles de fallo de este ordenador portátil.
La FAA ha recordado a las aerolineas cumplir la normativa de seguridad de 2016 para baterías retiradas del mercado
A principios de agosto, la EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea) ya contactó con las aerolineas que operan en el continente para alertar sobre los modelos de MacBook Pro afectador. Además, les recordó que debían seguir las normas de seguridad de 2017 sobre que las baterías de ion-litio retiradas del mercado deben estar apagadas y no usarse durante los vuelos.
Ahora, unos días después de ese anuncio, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha prohibido viajar con los MacBook Pro afectados por suponer un riesgo para la seguridad durante los viajes en avión. En un comunicado, la FAA asegura que está al tanto del asunto y que ya ha alertado a las principales aerolineas del país norteamericano sobre la problemática.
Como medida para prevenir incidentes, según Bloomberg, va a seguirse la normativa de seguridad de 2016 para productos con baterías retiradas del mercado. Debido a esta norma se impide a los pasajeros que viajen con un MacBook Pro defectuoso, ni en el equipaje de cabina ni en el facturado como carga.
Aunque ha habido accidentes con dispositivos que se prenden fuego por sobrecalentamiento en aviones, nunca han llegado al punto de producir un incendio a gran escala porque las llamadas pueden extinguirse rápidamente con agua y el personal de vuelo está entrenado para controlar situaciones así. Esta situación recuerda a la ocurrida hace unos años atrás con el Galaxy Note 7 de Samsung, smartphone que también llegó a prohibirse durante los vuelos.
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