En 2024 hemos llegado al iPhone 16, empezamos a ver el futuro de una forma diferente con las Apple Vision Pro. La inteligencia artificial empieza a cambiar la forma en la que trabajamos... Estamos inmersos en una revolución similar a la industrial, basada en la IA, y que cambiará el mundo tal y como lo conocemos.
Todos estos avances son el resultado de años y siglos de cálculos, investigaciones y personas innovadoras que se atrevieron a pensar diferente. Desde el descubrimiento de que la Tierra no es el centro del universo, hasta los inicios de la computación hechos por Alan Turing.
Todos estos avances podrían haber llegado cientos de años antes
Más de 1.800 años antes de que el cálculo moderno permitiera la construcción de estructuras impresionantes y el avance en tecnologías como la programación y la inteligencia artificial, la humanidad poseía conocimientos que podrían haber cambiado el curso de la historia. Sin embargo, la pérdida de un manuscrito crucial por parte de unos monjes en el siglo XIII hizo que estos avances se dilataran durante siglos.
El famoso Palimpsesto de Arquímedes no es solo un antiguo texto. Este libro contiene los primeros indicios de lo que hoy entendemos como matemáticas combinatorias y fue escrito en el siglo II a.C. Por ello, es considerado la base sobre la que se fundamenta nuestra ingeniería moderna. Pero todo esto se perdió cuando unos monjes decidieron borrar los antiguos textos para escribir cánticos religiosos.
Allá por el siglo III a. C., Arquímedes de Siracusa escribió sobre rollos de papiro todo su conocimiento. Hacia finales del siglo V estos escritos dieron el salto al pergamino y fueron encuadernados. Cuando en 1204 las grandes bibliotecas de Constantinopla fueron saqueadas, el pergamino de Arquímedes consiguió sobrevivir y llegar hasta un monasterio cristiano.
Los monjes borraron el libro, aunque no tenían una mala intención
En 1229, un monje griego que necesitaba espacio para un libro de oraciones. Fue entonces cuando desmontó el manuscrito de Arquímedes, rascó lo escrito y sobre esa misma piel copió el texto eclesiástico. Un proceso muy común en una época en que el pergamino era un bien escaso y caro. Hay que tener en cuenta que la población general no sabía leer ni escribir, y la Iglesia era prácticamente la única capaz de transmitir y plasmar la historia. Por una parte, la destruyeron, y por otra, la crearon para llegar hasta lo que somos hoy.
Así, y durante siglos todo ese conocimiento estuvo escondido hasta que en 1906 un danés, descubrió el manuscrito en la biblioteca de un monasterio ortodoxo griego en Constantinopla. En ese momento, se dio cuenta que tras las palabras había algo más. Así, el mundo occidental empezó a conocer la existencia de una obra de Arquímedes hasta entonces desconocida: el Método de los teoremas mecánicos.
Poco después de la Segunda Guerra Mundial, el manuscrito de Arquímedes desapareció de la biblioteca y se cree que permaneció en manos de una familia francesa durante la mayor parte del siglo XX. En 1998, salió inesperadamente a subasta en Christie's y fue adquirido por dos millones de dólares por un comprador anónimo. Ya en pleno siglo XXI el manuscrito ha desvelado sus secretos. Los cuales confirma el alto conocimiento matemático base hoy en día para la informática e incluso la inteligencia artificial.
Nunca sabremos cuántos otros avances se perdieron de manera similar. Solo hay que imaginar un mundo donde las teorías de Arquímedes hubieran estado disponibles durante la Edad Media. Todo estaba ahí: materiales, capacidad mental humana... la diferencia era tener el conocimiento para iniciar esas revoluciones.
No fue hasta mediados de 1700 cuando se comenzó a utilizar la máquina de vapor. A partir de ahí, se avanzó a maquinaria más avanzada con la llegada de la electricidad. ¿Y si hubiera empezado todo esto trescientos años antes? El iPhone llevaría con nosotros dos generaciones o más, y la carrera por los viajes espaciales hubiese comenzado mucho antes.
Todo esto, pensando que el curso de la historia hubiese seguido igual, pero comenzando siglos atrás. Quizás con un conocimiento también más prematuro, los recursos del planeta estarían mucho más agotados. Ya que no podemos olvidar que el avance tecnológico trae consigo un coste para el entorno. Tal vez, en un escenario de progreso acelerado, nuestra huella ecológica sería mayor y los problemas medioambientales y sociales aún más críticos.
En Applesfera | De Nokia y Yahoo a Apple, qué pasó en el año 2000 después del estallido de la burbuja puntocom
En Applesfera | “Nadie se atreve a tocar nada”: la antigua oficina de Steve Jobs lleva 15 años congelada en el tiempo
Ver 8 comentarios