Nuevo hardware, nuevo sistema operativo, una App Store propia y acuerdos con los principales proveedores de cable de Estados Unidos. Así era el Apple TV que la compañía de California tenía preparado para lanzar al mercado durante la primera mitad de 2014. ¿Qué fue lo que ocurrió?
Mark Gurman, editor senior de 9to5mac y protagonista de noticias como el rediseño del MacBook Pro retina de 2012 o la apariencia que tendría iOS 7, fue entrevistado hace unos días en el blog TheTechBlock donde dio las pistas de este proyecto fallido. Según él, Apple lo tenía todo listo para el debut de la evolución de este set top box a principios de 2014. Aunque no llega a especificar si se trata de una televisión completa o una renovación del dispositivo.
La razón de que no viéramos un nuevo Apple TV el año pasado fue la adquisición de Time Warner Cable por parte de Comcast Corporation. El acuerdo, anunciado a principios del año pasado, está pendiente de aprobación regulatoria ya que se trata de los dos grandes proveedores de cable de Estados Unidos (Comcast es el primero, Time Warner el segundo).
Es normal que tras la adquisición de una gran compañía por parte de otra se revisen los acuerdos que tienen ambas para evitar duplicidades e intentar buscar sinergias. Es más, una de las razones importantes de estas grandes adquisiciones es precisamente la de ganar un peso mayor en las negociaciones con terceros.
No sabemos cuándo se sentarán de nuevo con Apple para renegociar los acuerdos de contenidos. Lo más seguro es que no comiencen hasta que se solucionen las trabas regulatorias. Según Gurman, el nuevo dispositivo podría retrasarse hasta finales de 2016. Si hacemos caso de esta información, este tampoco sería el año del Apple TV.
Un Apple TV que se quedaría cojo
Seguro que lo que estás pensando ahora mismo es por qué no lanzan ese Apple TV ahora, aunque no estén listos los acuerdos con los proveedores de cable. A fin de cuentas, si tienen el hardware, sistema operativo y App Store preparados, se trataría de un producto muy superior al actual que bien podría suponer un revulsivo para sus ventas.
Pero ese no es el estilo de los de Cupertino. Todos los grandes lanzamientos de Apple han venido acompañados de una combinación de hardware, software y servicios:
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Los cimientos de iTunes fueron adquiridos a otra compañía hace más de diez años. Tras su presentación al público, se incorporaron acuerdos con discográficas para la comercialización de música online. El iPod llegó varios meses después de que todo esto estuviera bien cerrado.
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El iPhone original aprovechó el camino pavimentado por el iPod en cuanto a contenidos. Pero hasta que Apple no cerró el acuerdo con AT&T, una teleoperadora que entonces era de segunda línea en Estados Unidos, no vio la luz en enero de 2007.
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El iPad también se apoyó en lo construido por sus dos predecesores: la App Store y el contenido audiovisual. En este caso, Apple añadió a la cesta a las editoriales de ebooks del país.
Apenas sabemos cómo ha sido el desarrollo del Apple Watch y los acuerdos que se han cerrado por el camino. Pero sí sabemos que ha habido contrataciones y alianzas con hospitales.
Conociendo los antecedentes de Apple y su obsesión con tener absolutamente todo atado, no resulta extraño que quieran esperar. Si lo pensamos con la cabeza fría, todas las novedades que presenta esta compañía traen un buen número de servicios y contenido preparado para los usuarios de Estados Unidos.
En este país, la televisión por cable sigue siendo uno de los mayores sistemas de entretenimiento de pago. Tim Cook quiere que el Apple TV tenga todo bien atado antes de mostrar sus cartas. Hasta entonces, cualquier producto sacado con prisas se quedaría cojo y sus posibilidades de éxito no serían tan buenas.
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Imágenes | Niall Kennedy y Martin Hajek.
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