Mi primer iPad fue un iPad mini de primera generación, lanzado por Apple a finales de 2012. Todavía recuerdo lo maravillado que estaba de su pantalla (sin ser Retina, aunque ya estaba disfrutando de esa nitidez en mi iPhone 4s), de lo compacto que era (7,9 pulgadas, podía cogerse con solo una mano perfectamente), y de lo cómodo que resultaba ver vídeos de YouTube y leer con él.
Echando la vista atrás, nunca me habría planteado la idea de usarlo como un dispositivo para trabajar, solo para entretenimiento. Idea que también se mantuvo en mi siguiente iPad, el iPad Air 2, el cual todavía lo conservo con cariño y uso para acceder a sitios web y poner música, al igual que ese iPad mini. Pero cuando adquirí el iPad Pro de tercera generación (el de 2018) no lo hice pensando en usarlo solo para Netflix y navegar por Internet, sino como herramienta a incluir en mis rutinas.
Pero el iPad Pro (2018) por sí solo, si se quiere usar para trabajar, no sirve de mucho dependiendo de la profesión, por lo que también me hice con el _Smart Keyboard Folio_ y el Apple Pencil de segunda generación, que son la funda con teclado y stylus específicos para este modelo. Pero llegó a iPadOS con un gestor de archivos mejorado y la posibilidad de usar ratones externos para navegar por la interfaz, y empecé a buscar una funda que además de teclado incorporara trackpad.
Apenas existen accesorios específicos para iPad Pro que combinen estos dos elementos, y menos cuya disposición de teclas sea QWERTY español. Suponía que era cuestión de tiempo hasta que los fabricantes se animaran a lanzar sus propuestas. Y llegaron los chicos de Doqo con su Smartdock para convertir el iPad Pro en un "ordenador" portátil.
Smartdock de Doqo: toma de contacto
Doqo ha conseguido financiación para el Smartdock a través de la plataforma Kickstarter, obteniendo más de 160.000 dólares de los 10.000 dólares necesarios empezar el proyecto, con más de 1.000 patrocinadores y unos cuantos días más por delante hasta que finalice la campaña.
El dispositivo consiste en una "carcasa" de aluminio que integra un teclado, trackpad compatible con gestos táctiles, batería de 4.300 mAh para funcionar como Power bank y varios puertos, entre los que encontramos lectores de tarjetas SD y Micro SD, tomas USB y salida HDMI. Su diseño recuerda irremediablemente al de un MacBook, y es que si colocamos el portátil de Apple al lado del Smartdock veremos que son bastante parecidos.
El Smartdock que Doqo me envió tiene la disposición QWERTY en inglés de Norteamérica, es decir, sin Ñ y con la tecla "Enter" más pequeña, así como otros símbolos cambiados de orden. Esto no llega a suponer un problema para los que estén acostumbrados a escribir sin mirar el teclado, pues la Ñ está en su sitio. Además, en la campaña de Kickstarter la compañía informa de que hay versión con teclado QWERTY español.
El modelo que me enviaron tampoco incorpora la batería, por lo que no puede probar su rendimiento. En la caja se incluye el teclado, un cable USB 3.1 (que a mí no me vino, supongo que porque mi unidad venía sin batería), y el manual de usuario en el que se detallan sus características.
Teclado, trackpad y sentimientos encontrados
La conexión del Smartdock de Doqo con el iPad Pro se realiza a través del puerto USB-C. En la carcasa viene integrado un cable USB-C a la altura del puerto. Es necesario para que todos los puertos y el resto de elementos funcionen. Por una parte es un punto positivo porque no tenemos que estar pendientes de cuánta batería le quedará al accesorio.
Colocar el iPad Pro en el hueco es bastante sencillo. Donde he visto más complicación es a la hora de retirarlo. Y es que aunque hay una hendidura en el borde izquierdo de la tapa hay que ejercer cierta fuerza para retirar la tableta.
Acostumbrado al _Smart Keyboard Folio_, disponer de una fila de teclas multimedia fue algo que agradecí. Me resulta más cómodo subir y bajar el volumen con los accesos directos del teclado que tener que pulsar los botones físicos del iPad o abrir el Centro de control para regularlo. Lo mismo que con el brillo y la reproducción/pausa de los contenidos.
Otro de los puntos interesantes del teclado es que es retroiluminado, una característica que las personas que estamos acostumbrados a trabajar por la noche o en condiciones de baja luminosidad sabemos apreciar. No obstante, nada más empecé a trabajar con el Smartdock de Doqo encontré varios aspectos que no me gustaron.
El primero de ellos es que hay que pulsar con firmeza y en el centro de las teclas para que se registren. Esto lo he notado principalmente en algunas de las letras, pero sobre todo en la barra espaciadora. Estoy acostumbrado a usarla con el pulgar derecho, presionando en dicho lateral (el desgaste de mi teclado de sobremesa lo confirma) y nunca he tenido ningún problema, pero con el Doqo el 90% de las veces no se registra la pulsación, quedando varias palabras sin separar a lo supercalifragilisticoespialidoso.
El segundo de ellos es el trackpad. Su tamaño es generoso, de unas dimensiones similares a las de los integrados en los MacBook Pro. Incluso permite realizar gestos táctiles sobre su superficie para ejecutar órdenes del tipo captura de pantalla o acceder a la multitárea. Empero, su calidad no es tan alta como la de los equipos portátiles de Apple. Si el desplazamiento del dedo es rápido, funciona bien, pero si buscamos precisión encontraremos irregularidades y cierto lag.
Otra de las cosas que me han resultado molestas del trackpad es que interfiere mientras se está escribiendo con el teclado. En varias ocasiones se empiezan a introducir caracteres varias líneas más arriba, como si se hubiera pulsado a propósito en el trackpad, a pesar de que no es así. Esto no me ha pasado cuando he desactivado la función del ratón desde los ajustes de accesibilidad.
Cuando se cierra la tapa, el iPad Pro se bloquea automáticamente, al igual que ocurre con los MacBook y la Smart Keyboard Folio. No obstante, en varias ocasiones me he encontrado al levantar la tapa que se habían tomado diversas capturas de pantalla, lo que me lleva a pensar que se "despertaba" de vez en cuando y activaba de algún modo el gesto del trackpad para tomar las capturas.
Hub y puertos: todo lo que podemos necesitar
El mayor encanto del Smartdock es la cantidad de puertos que integra. Dispone de todos los conectores que podemos necesitar: dos USB-C (uno Power Delivery y otro normal), dos USB-A, lectores de tarjetas SD y Micro SD y salida HDMI. Por poner un "pero", podría haberse incluido una toma jack de 3,5mm para auriculares.
Su funcionamiento es correcto. Cualquiera de los dispositivos de almacenamiento externo que conecté fueron reconocidos sin problemas, al igual que la salida HDMI. Gestionar los archivos y conectar el dispositivo a un monitor externo es muy sencillo con iPadOS y el Smartdock.
Conclusiones
Llevo bastante tiempo esperando un accesorio para iPad Pro como el Smartdock de Doqo. Puede que muchos no le vean el sentido porque lo "convierte" en un MacBook, posiblemente aconsejando la compra del portátil de Apple en su lugar si es que se necesita un teclado "de verdad" y trackpad.
El problema con los MacBook es que no tienen una pantalla táctil, y por tanto no podría usar el Apple Pencil, accesorio que he introducido en mis estudios y para otras actividades. Por eso, el Smartdock combina lo mejor de los mundos: la pantalla táctil del iPad y los elementos de un ordenador portátil.
No obstante, este accesorio ha provocado en mí una serie de sentimientos encontrados por todos los fallos que he ido relatando a lo largo del análisis. Sigo pensando que es una buena idea, pero que todavía tiene que madurar, y ya que el proyecto sigue en Kickstarter creo que tiene cierto tiempo de maniobra para mejorarlo. Eso, o que mi unidad ha venido algo tocada.
_Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Doqo. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas._
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