A veces conseguir que la señal Wi-Fi cubra toda la casa con suficiente velocidad es toda una odisea. Justo por eso nacieron las redes Mesh, que con varios puntos de acceso reparten el espacio para garantizar una buena recepción en todas partes, pero su precio es algo a tener en cuenta. Viendo qué fue de los AirPorts Express y mientras nos planteamos la inversión que requieren una solución muy práctica es utilizar un iPhone viejo para ampliar la cobertura.
Cierto es que, a diferencia de los móviles Android, en el iPhone no podremos extender la red que ya utilizamos, como nos cuentan en Xataka Movil, pero sí podremos crear otra que la complemente. Un excelente recurso para acabar de cubrir un piso superior o un extremo del domicilio que quede muy apartado del router principal.
Un buen uso para un iPhone que fácilmente podría estar envejeciendo en un cajón
Evidentemente lo primero que necesitaremos es una tarifa de datos ilimitada. Si ya contamos con una el servicio de multisim, que nos permite tener la misma línea en varios dispositivos, nos vendrá genial para no tener que dar de alta otra línea. Una vez el iPhone tenga conexión a internet, todo lo que tenemos que hacer es entrar en la app Ajustes > Punto de acceso personal y activarlo. Asegurémonos, también, de anotar la contraseña, para usarla en el resto de dispositivos.
Hecho esto simplemente enchufamos el iPhone a un cargador y lo situamos estratégicamente en casa. Procuremos, dentro de lo posible, situarlo en un lugar elevado y que tenga una buena visual de la zona que queremos cubrir.
Las redes Wi-Fi evidentemente atraviesan obstáculos, pero cuantos menos haya mejor. Aquí el mejor método es el de prueba y error. Colocamos el iPhone, nos conectamos a él y ejecutamos un test de velocidad —por ejemplo en fast.com—. Probando tres o cuatro ubicaciones hemos de encontrar la mejor rápidamente.
En esta configuración, tengamos en cuenta varias cosas. Lo primero es que compartir la conexión a internet desde un iPhone es una de las tareas más exigentes, por lo que notaremos que el teléfono se calentará bastante —siempre según el uso, claro—. Si a eso le unimos que que debemos tenerlo siempre enchufado, la degradación de la batería va a ser notable.
Otra cuestión a considerar es que no podremos extender la red en sí, sino crear una nueva. Una que además tendrá el nombre que le demos a nuestro iPhone desde Ajustes > General > Información. Aquí es importante que le demos un nombre diferente a la red que ya utilizamos, para evitar que se solapen. Por ello, estemos atentos desde los dispositivos con los que no conectamos para seleccionar la red que nos interesa según dónde nos encontremos.
Dicho esto, lo cierto es que poder utilizar un iPhone viejo para acabar de suplir la conectividad Wi-Fi allí donde no llega es una solución a tener en cuenta. Quizá no a muy largo plazo, pues en general conseguiremos velocidades muy superiores con routers dedicados, pero sí para salir del paso rápidamente y dando un buen uso a un teléfono que bien podría estar guardado en un cajón.
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