Con la presentación de las novedades de Peek performance ayer vimos un nuevo capítulo del poderío del Apple Silicon. Uno llamado M1 Ultra que supone también el punto final de esta generación. Es el momento de repasar toda la trayectoria del chip M1 hasta hoy.
El chip M1 que comienza a andar el camino del Apple Silicon
Apple anunció el procesador M1 como el primer Apple Silicon para la generación de Mac en 2020. El M1 se basa en la arquitectura de 5nm de TSMC, un fabricante que se ha desvelado como clave en esta nueva era. Con él se inició una nueva etapa para los ordenadores de Apple y, como veríamos después, también del iPad con el iPad Pro 2021. El MacBook Air, MacBook Pro M1 lo trajeron a portátiles. Y el Mac mini M1, al primer sobremesa de Apple.
Fueron equipos sorprendentes, pues nos introdujeron al tipo de rendimiento y consumo que se convertirían en habituales. El rendimiento de la GPU, por ejemplo, suponía tan solo un tercio del consumo energético de uno de los mejores PCs del momento. La clave estaba en su interior.
El M1 en su versión básica tiene 16.000 millones de transistores y posee cuatro núcleos de alto rendimiento y otros cuatro de bajo consumo en su CPU. La GPU tiene 8 núcleos, 7 núcleos en su versión para el MacBook Air (el único Mac sin ventilador). La memoria RAM LPDDR4X está unificada y se comparte con todo el procesador, habiendo opciones de 8 y 16GB. Como guinda del pastel, cuenta con 16 núcleos para su Neural Engine, para operaciones de inteligencia artificial y aprendizaje automático.
Traducido al usuario, los beneficios son, sobre todo, en potencia y consumo sin compromiso. El MacBook Air M1 ofrece 18 horas de autonomía, una auténtica barbaridad, junto con una potencia más que de sobra.
M1 Pro y M1 Max, la especialización profesional de Apple Silicon
Los M1 Pro y M1 Max llegaron como los primeros SoC profesionales de Apple en 2021. Y aterrizaron en los MacBook Pro 2021 de 14 y 16 pulgadas, los portátiles de gama profesional rediseñados por Apple para la ocasión. En sus versiones básicas, la configuración es la siguiente:
- M1 Pro: 8 o 10 núcleos de CPU, 33.700 millones de transistores y 14 o 16 núcleos de GPU, con 16GB de memoria RAM unificada.
- M1 Max: 10 núcleos de CPU, 57.000 millones de transistores y 16 o 32 núcleos de GPU, con 16 o 32GB de memoria RAM unificada.
Todos ellos compartiendo los 16 núcleos del Neural Engine, que no cambia con respecto al M1. Es en estos chips donde vemos con más claridad que los benchmarks no arrojan información suficiente para captar su potencial. La especialización de distintos componentes le permiten acelerar el cifrado y descifrado de datos, el procesamiento de vídeos HDR, gestionar el Secure Enclave de seguridad, procesar audio de alta eficiencia o mantener el procesador siempre encendido. ¿Cómo se incluye eso en un benchmark tradicional? Se pierde parte de su significado y potencial.
El M1 Ultra como colofón de esta gran generación
El M1 Ultra une dos M1 Max en un chip que funciona como uno solo, lo cual ya es de por sí todo un logro. Utiliza una arquitectura bautizada como UltraFusion, donde ambos chips se conectan por el mismo lado. Como consecuencia, se multiplica todo:
- 20 núcleos de CPU.
- 114.000 millones de transistores.
- De 32 a 64 núcleos de GPU.
- Neural Engine de 32 núcleos.
- Hasta 128GB de memoria RAM unificada.
Se añade a esto el soporte para codificar y descodificar video ProRes en un conjunto que pulveriza cualquier comparativa de rendimiento por vatio. El M1 Ultra ofrece hasta un 90% más de potencia y 100W menos de consumo que un chip de 16 núcleos de un PC de escritorio. Y la GPU consume un 65% menos de energía, lo que se traduce en 200W menos que la GPU discreta de gama más alta del mercado.
Al final, Apple ha creado el chip más potente y rápido para Mac de su historia. Y lo hace tan solo año y medio después de iniciar la transición desde Intel a Apple Silicon. Solo nos queda una parada más: el Mac Pro, que queda para otro día.
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