Hay videojuegos que esconden tras de sí una historia apasionante, llena de persecuciones, robos, adicciones junto a todo tipo de situaciones cómicas. Tal es la historia del tercer juego más vendido de todos los tiempos, aunque sus ventas son tan difíciles de cuantificar que se consideró una batalla perdida. Porque también es considerado el videojuego más clonado de todos los tiempos.
Hablamos de Tetris, un pequeño experimento nacido en un laboratorio y que es hoy uno de los juegos más icónicos de la historia —cada vez que ordenamos la nevera o la maleta de cara a las vacaciones hacemos un "tetris", ¿no?—. El problema vino cuando sus autores se plantearon monetizarlo bajo las férreas reglas de la madre Rusia.
Tetris, o la historia detrás del juego más clonado de todos los tiempos
Conseguir los derechos de este videojuego fue un auténtico dolor de cabeza por un buen puñado de factores. Desarrollado durante 1984 en el Centro de Computación Dorodnitsyn por el ruso Alekséi Pázhitnov, el cual trabajaba en el departamento de I+D, el joven pronto se dio cuenta de una máxima: todo lo que se desarrolla bajo el manto de la Unión Soviética se queda en la Unión Soviética. La propiedad intelectual pertenece al estado, así que olvídate de hacer caja con el juego, que pronto se convirtió en un fenómeno vital tan gran que los profesores universitarios tuvieron que desinstalarlos porque la productividad cayó a mínimos.
Así bien, mientras otras empresas hacían caja con inventos como 'Pong', el embrujo de Tetris tardó demasiado en darle beneficios a su autor conceptual. Tanto que un puñado de avispados empresarios optaron por clonarlo. Un tal Robert Stein se hizo con los derechos, los vendió y revendió sin permiso, para finalmente acabar en manos de Atari, que fabricaba medio millón de copias y gastaba una fortuna en marketing, distribución y venta sin siquiera tener permiso de explotación. Fue Nintendo, de hecho, quien obtuvo esos derechos.
Basada en la historia real y producida por Apple Original Films, 'Tetris' relata la travesía que vivió el holandés Henk Rogers para hacerse con los derechos del videojuego. Taron Egerton ('Rocketman', 'Black Bird') es el encargado de dar vida a esta figura de los negocios que tuvo que enfrentarse a la Unión Soviética durante los últimos coletazos de la Guerra Fría. Una carrera contrarreloj donde las traiciones se cuentan por doquier.
Al guión está nada menos que Noah Pink, responsable de la serie 'Genius' para National Geographic, y a la dirección tenemos a Jon S. Baird, responsable de la comedia Filth (2013), director en series como 'Babylon' o la 'Vinyl' de Scorsese, además del biopic Stan & Ollie, basado en las vidas de 'El Gordo y el Flaco', tal y como fueron conocidos en España.
Una historia apasionante que se estrena el próximo 31 de marzo. Será entonces cuando conozcamos algunos de los cientos de secretos que esconde este pequeño juego de tetraminos y las decenas de clones que generó —desde Columns hasta las muchas versiones de puzles similares—. Un juego que desató su propio debate sobre los síndromes kinestésicos —el denominado "efecto Tetris"— alimentado por esa melodía que no es otra cosa que el Korobeiniki, una melodía basada en un poema cortesano convertido en himno de la historia de los videojuegos.
Ver 2 comentarios