Para gustos, aplicaciones de mensajería. En España WhatsApp es el rey, pero siempre hay opciones como Telegram o Signal para aquellos que busquen alternativas. Y si tienes un iPhone tenemos al gran olvidado en nuestro país: iMessage. Es curioso que la red más usada en Estados Unidos sea la más ignorada por aquí.
Sabiendo que los SMS ilimitados de la gran mayoría de planes "cubren" la posibilidad de charlar con alguien que use Android, me he planteado un experimento: pedirle a algunos amigos que usemos iMessage durante algunos días y ver nuestras sensaciones al respecto. Esto es lo que hemos aprendido.
El desafío de iMessage: que los españoles lo utilicen
Personalmente el servicio de mensajería que utilizo más frecuentemente es Telegram, seguido de cerca de WhatsApp. La reacción de los amigos a los que he elegido para hacer este experimento han reaccionado bien, pero han tenido que hacer el "esfuerzo" por decirlo de algún modo. Afortunadamente me han hecho el favor.
Las ventajas de iMessage que hemos advertido son varias, empezando por la integración. Todo el servicio está muy bien cohesionado, hasta el punto en el que tienes vibraciones específicas para cuando te llega un mensaje en el Apple Watch. Así, sin ni siquiera levantar la muñeca, sabes que has recibido un mensaje desde iMessage y no desde otro protocolo.
Otro punto interesante: iMessage envía las imágenes y los vídeos a calidad original. Eso hace que dichos envíos tarden más, pero al menos mi conclusión es que a cambio te acomodas bien a recibir las fotografías sin comprimir. Se nota, aunque necesitas buena cobertura si quieres enviar varias imágenes al mismo tiempo.
Pero los amigos con los que he hecho este experimento han echado en falta algunas cosas. Los más asiduos a Telegram no tenemos los stickers, y un amigo en particular me ha dicho que lamenta no poder enviar GIFs animados con la facilidad que lo permiten otros clientes de mensajería. En Telegram sólo es necesario escribir "@gif" para conseguirlo.
Y luego está el motivo por el que he puesto la palabra "cubren" entre comillas al principio de este artículo: comunicarse con SMS implica demasiadas limitaciones para los tiempos que corren. Hace que entiendas por qué Google quiere que Apple adopte el estándar RCS.
Otro detalle que hay que mencionar: para que iMessage muestre los mensaje en todos nuestros dispositivos tenemos que configurarlo bien. Especialmente en los Mac, donde hay que acceder a las preferencias de la aplicación Mensajes para "activar iCloud" y así cargar todo lo que tenemos en otras partes. Y aún así hay algunas conversaciones que no se sincronizan bien, en especial los SMS tradicionales.
La interfaz de respuestas a los mensajes (presente en la imagen superior) también ha sido un punto de crítica común de los amigos con los que he hecho este experimento, alegando que la de WhatsApp o la de Telegram tienen más sentido.
Si recopilo todas las sensaciones negativas, las puedo resumir en que echan de menos funciones de otros servicios a las que están demasiado acostumbrados. Y además, la interfaz de algunas de estas funciones dejan que desear a su parecer.
Personalmente utilizo iMessage con muy pocas personas, aquellas que lo prefieren por motivos de privacidad. "Forzar" a aquellos que no lo usan normalmente confirma mis sospechas: sería muy difícil convencerles para que se cambien algún día. Quizás lo harían en una situación de mucha necesidad, de un fallo general de otros servicios. Pero que se muden permanentemente sería demasiado difícil.
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