Apenas una semana antes de la WWDC 2020, surge una nueva polémica con un desarrollador. El motivo se encuentra en el rechazo de una actualización de la app de correo Hey por incumplir las normas de la App Store. Un caso que no debería ser noticia salvo por tratarse de una app que ya había sido aprobada inicialmente.
Qué es Hey, la app de correo rechazada en la App Store
Hey es un cliente de correo que funciona bajo suscripción. Su principal propuesta es ofrecer diferentes medidas de privacidad, bajo la premisa de que las apps de email gratuitas en realidad no lo son. "Se pagan entregando tu privacidad y valiosos datos personales" afirman en su web.
Entre sus funciones se encuentran el bloqueo de pixeles espía (que permiten al remitente recibir la actividad sobre el email mandado), un cliente multiplataforma, una dirección de email, 100GB de espacio de almacenamiento y más. Hasta aquí, aparentemente no hay nada que se salga de lo normal.
Sin embargo, mientras que en un principio se aprobó la app en su versión 1.0.0, la revisión de la actualización 1.0.1 de la misma fue denegada por la App Store. Y aquí es cuando empieza el embrollo.
Las reglas de pago de la App Store
Según recogen en Protocol y escribe David Pierce, conocido reportero del sector tecnológico, Apple denegó la actualización basándose en la regla 3.1.1 de la App Store. Esta establece que las apps que de alguna forma permitan más funciones o desbloqueen una versión premium de la misma, deben pasar por el sistema de compras in-app de Apple (IAP). Además, especifica que no se puede invitar al usuario a utilizar medios alternativos que no pasen por el IAP (aunque no prohíbe su existencia).
Como decíamos antes, Hey es una app que requiere una suscripción para funcionar. Cuando descargas y abres la app esto es lo que te encuentras:
Como puede verse, necesitas usuario y contraseña para entrar. Un usuario que debemos pagar a través de la web de Hey, ya que no hay forma de darse de alta a través de la app. Tampoco hay ningún enlace o indicación explícita al usuario de que acuda a la web del desarrollador para darse de alta, tal y como exigen las normas de Apple.
Let's all just pretend that it's good and fine that apps are forced to present users with this confusing, wink/nudge language. Because, such is life under the rule of Apple. pic.twitter.com/xcNtf9Ph9w
— DHH (@dhh) June 16, 2020
David Heinemeier Hansson, DHH en su Twitter, es el CTO de Basecamp, una compañía de software y diseño web muy conocida que es también la creadora de Hey. DHH compara en este tweet su página de ayuda con la de Netflix, que tampoco permite ni menciona medios alternativos para darse de alta (solo se puede a través de su web). De hecho, afirma que prácticamente copiaron la versión de Netflix para asegurarse de que no traspasaban ninguna línea.
Por ello, pensaron que debía tratarse de un error y enviaron más mejoras y solución de bugs en la versión 1.0.2. La app no superó la revisión y Basecamp recibió una llamada de un empleado de la App Store, que le indicó que no habían solucionado su problema con la norma 3.1.1 por no integrar el sistema IAP en Hey.
Las apps de tipo "lectura" y las excepciones al acceso de contenido ya adquirido
En un email posterior, la compañía añadió más detalle a su rechazo, indicando que Hey no cualificaba como una app de "lectura" (reader en inglés). Al contactar con la compañía, Apple ha remitido a Applesfera a la norma 3.1.3 de la App Store. Esta regla se refiere precisamente a las apps de tipo "lectura" y dice así:
3.1.3(a) Apps de "lectura": las apps pueden permitir a un usuario acceder a contenido comprado previamente o contenido de suscripción (específicamente: revistas, periódicos, libros, audio, música, video, acceso a bases de datos profesionales, VoIP, almacenamiento cloud y servicios aprobados como apps de gestión de aulas), siempre que estén de acuerdo en no invitar a los usuarios de iOS directa o indirectamente a utilizar un método de compra distinto de la IAP, así como a que las comunicaciones generales sobre otros métodos de pago no estén diseñados para desalentar el uso de IAP.
Las categorías que pueden presentar un "frontón" como el que tiene Hey nada más abrirse y solicitar el usuario y contraseña para acceder a una suscripción pagada fuera de la App Store quedan bastante claras. Hey no pertenece a ninguna de ellas, puesto que los clientes de email no se encuadran en ninguna de las mencionadas.
Muchos de los ejemplos que se han puesto para afirmar que la decisión de Apple no responde a razones es porque se trata de apps que sí se encuadran en una de esas categorías. Netflix, por ejemplo, cae dentro de la sección de "video" y no cuenta con compras IAP. Otras como Dropbox encajan en la sección de "almacenamiento cloud", aunque la empresa sí decide ofrecer suscripciones en su app sujetas a las condiciones de Apple.
El origen de la disputa entre la App Store y Hey
Apple me ha dicho que su verdadero error ha sido haber aprobado en un principio la app, cuando no cumplía con sus reglas. Apple permite este tipo de apps cliente (donde no puedes darte de alta, solo autenticarte) para servicios corporativos pero no en productos de consumo.
Por eso Basecamp, por el cual suelen pagar las compañías, se permite en la App Store cuando Hey, que pagan los usuarios, no. Cualquiera que haya comprado Hey en otro sitio puede acceder desde iOS normalmente, afirmó la compañía, pero la app debe tener una forma para que los usuarios se den de alta y paguen a través de la infraestructura de Apple. Así es como Apple soporta y paga por su trabajo en la plataforma.
En todo el artículo de Pierce no se menciona la regla 3.1.3 que sí ha referenciado Apple a nuestra publicación. Aunque sí se refiere a la norma 3.1.1 que hemos visto al principio. Repasando el texto de Pierce, llama la atención la distinción entre apps de consumo y apps corporativas. Es muy posible que la compañía estuviera pensando en una categoría concreta de las excepciones ("acceso a bases de datos profesionales") donde sí se permiten clientes de correo como Hey.
Pero al tratarse de una app para consumidores, no entraría dentro de las excepciones. Por tanto, Hey debe incluir el sistema IAP (además de en su web porque no es excluyente) para poder cumplir con las normas de la App Store. Ese es el origen de la disputa, de la que Apple no está exenta de haber metido la pata.
El verdadero error de Apple
Como decía Pierce en su artículo, Apple ha reconocido que la primera aprobación de Hey a la App Store fue un error. Uno muy grave, porque ha tenido que dar un toque a Basecamp para que corrija su app. Y además le ha obligado a desdecirse sobre su propia decisión, algo que genera incertidumbre.
La App Store es en ocasiones un muro tras el que los desarrolladores no saben qué sucede al otro lado cuando entregan sus apps para revisión. Casos como este en los que Apple debe retractarse de una cosa positiva (aprobar una app) para hacer algo negativo (rechazarla hasta su cambio o suprimirla) empeoran la percepción del desarrollador.
Desde hace años, la narrativa de que una compañía con un valor en bolsa billonario se aprovecha de otras más pequeñas está calando entre el público. Un David contra Goliat moderno. Alimentado con casos como este, donde la compañía tiene razón pero comete un error que le obliga a aplicar las normas correctamente.
Con el añadido de que las compañías tecnológicas, y la App Store de Apple en concreto, bajo investigaciones tanto en la UE como en EEUU. Hay mucha suspicacia en el ambiente y cero margen para el error por parte de Apple.
Además de evitar estos errores, convendría que Apple rehiciera las normas de la App Store. Con el paso de los años se han ido añadiendo y quitando reglas según evolucionaba la tienda y los modelos de negocio de las apps. Una revisión que dejase claro cada caso y evitara las dudas, los grises y zonas dudosas. Algo que beneficiaría tanto a los desarrolladores, que sabrían a qué atenerse, como a Apple, que evitaría polémicas perjudiciales.
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