Estafas, estafas y más estafas. Todas las ventajas que nos trae la era digital conviven con problemas como los de que, prácticamente a diario, estemos expuestos a llamadas, SMS y correos electrónicos fraudulentos. El problema está cuándo llegan a través de aplicaciones de confianza como WhatsApp. Si la víctima peca de excesiva confianza o directamente desconoce el modus operandi de los estafadores, está perdida.
De ahí que desde las instituciones se estén cada vez extendiendo más las medidas de prevención ante fraudes. La mismísima Policía Nacional usa redes sociales para ello y en uno de sus últimos mensajes difunden cuáles son los tres principales timos relacionados con WhatsApp y que, de no conocerlos, pueden suponer importantes riesgos.
El extraño grupo de WhatsApp en el que te añade un desconocido
Los grupos de WhatsApp con amigos, familiares o compañeros de estudios o trabajo pueden ser tediosos, pero al menos sabemos que son seguros. El problema está en que, como recuerda la propia Policía, a veces nos encontramos con que un desconocido nos añade a un extraño grupo en el que se habla de jugosas ofertas de trabajo que acaban siendo fraudulentas, criptomonedas o cualquier otro tema sospechoso.
Independientemente de cuál sea el eje principal del grupo, al final todos tienen una misma misión: acceder a tus datos de pago e incluso solicitar pagos directamente. Se escudan en todo tipo de excusas, algunas más creíbles que otras, pero en todos los casos es peligroso. No realizar ningún pago y tampoco facilitar un sólo dato personal son consejos a aplicar siempre. Ni siquiera tu nombre o apellidos.
Como consejo adicional está el de impedir que números extraños te agreguen a grupos. Esto es algo que se puede hacer desde la propia aplicación de WhatsApp del iPhone (también en Android) yendo a Configuración > Privacidad > Grupos y asegurándote de que sólo queda marcado Mis Contactos.
Cuándo te llama el soporte de WhatsApp (o de alguna otra empresa)
Otra estafa de WhatsApp cada vez más extendida es la relacionada con las videollamadas o llamadas de desconocidos. Resulta que te llama un número desconocido y te dice ser parte del equipo de WhatsApp, de tu operadora telefónica o de tu banco. Como en casi todas las estafas, hay diferentes excusas, pero tienden a tener una única misión.
Esa misión no es otra que la de pedirte que compartas tu pantalla para así resolver cualquier problema que se inventen o tener acceso a alguna nueva función que, lógicamente, tampoco existe. El objetivo es que en algún momento acabes entrando a una aplicación sensible como la del banco o cualquier otra, verte iniciar sesión y quedarse con tus claves de acceso. Tras eso, podrán robarte la cuenta y hasta tu dinero.
Así que aquí el consejo es claro y evidente. Por norma general no respondas nunca a estas llamadas y menos si proviene de un número extranjero. En caso de hacerlo, desconfía siempre del interlocutor y en ningún caso compartas un sólo dato (y tampoco compartas tu pantalla).
Ese viejo amigo que te escribe después de mucho tiempo
Probablemente esta sea la estafa más común, más antigua y que más variaciones admite. Básicamente te escribe alguien que, sin decirte su nombre, finge ser una persona conocida o familiar. Tratan de ganarse la confianza de la víctima con elementos tan sencillos como que esa persona, totalmente desorientada, suelte algo así como "Ah, ¿eres Fulanito?". Sí, el timador dirá que es Fulanito y a raíz de eso intentará engañarle.
El famoso "Hola mamá se me ha roto el teléfono" es otro de estos timos. En definitiva, y al igual que las anteriores, el objetivo final es pedirte dinero. Se le han perdido las maletas y no tiene efectivo, es tu hijo al que acaban de robar o cualquier otro. Siempre se las ingenian para buscar una excusa más o menos convincente para que la víctima confíe y acabe haciéndole una transferencia.
Una de las variantes más peligrosas es aquella en la que llegan a pedir una cantidad pequeña de entre 5 y 20 euros. Esto puede servir para ganarse la confianza porque al fin y al cabo no parece que vaya a ser una pérdida importante. "Si es un estafador, pediría mucho más", puede llegar a pensar la víctima. Pero no, porque después pueden llegar a pedir más y, en caso de no hacerlo, no les importa, ya que al final a base de engañar a muchas víctimas consiguen un alto motín.
Por tanto, pidan un céntimo o miles de euros, hay que desconfiar siempre. Si de verdad sospechas que puede ser real que quien te escribe sea alguien conocido, seguro que puede aportarte muchas pruebas fiables de ello. Nunca les envíes dinero y tampoco facilites ningún dato personal tuyo, de tu familia o de esa persona que finge ser el estafador.
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