Tanto los AirPods Pro como los AirPods Max cuentan con un sistema de intercambio de almohadillas. En el caso de los AirPods Max este sistema está pensado para reemplazar las almohadillas cuando estén gastadas o para poder limpiarlas cómodamente, pero en los AirPods Pro tiene un efecto directo en la sonoridad de los auriculares. Ante estas variaciones Apple está investigando cómo adaptar la salida de los auriculares a las almohadillas que hayamos colocado.
La ecualización correcta para cada almohadilla
En una pieza tan reducida como los AirPods Pro cualquier variación en su configuración altera de forma significativa la calidad del sonido que escuchamos. Apple ya está investigando formas de que estos auriculares detecten si los llevamos bien colocados en la oreja, y ahora parece querer centrarse en adaptar la salida de audio a la almohadilla que estemos usando.
Según la patente "Identification of Cushioning Members in Personal Audio Devices", Apple podría utilizar la "configuración de ecualización correcta basada en los datos de identificación". "La configuración de los límites de volumen, incluyendo, por ejemplo, limitar el volumen de los auriculares, modificar el perfil de la cancelación de ruido y más" entrarían en juego.
Estos cambios y adaptaciones se basan en la capacidad de los AirPods de detectar qué almohadilla llevan colocada. La patente explica que esta detección podría hacerse mediante etiquetas NFC. Al colocar la almohadilla la etiqueta se acercaría lo suficiente al sensor para detectarla y actuar en consecuencia. Estas son las mismas etiquetas que hemos visto en las fundas oficiales de los iPhone 12, de modo que el iPhone sabe qué funda lleva puesta.
De igual forma esta información se podría utilizar para representar los dispositivos en la pantalla de forma más precisa. Así, si nuestros AirPods Max de color rosa llevan unas almohadillas blancas, esta será la imagen que veremos en pantalla cuando los conectemos.
Por último, la patente explora la posibilidad de que la almohadilla pudiera incluir alguna clase de sensor biométrico, como "sensores para el pulso, la temperatura, la humedad, y cada sensor puede comunicar los datos al auricular y este al dispositivo al que están conectados". Aquí los datos de identificación de las almohadillas permitirían a nuestros auriculares saber de qué sensores disponen en un momento dado y actuar en consecuencia.
Está claro que para Apple cada pequeño detalle cuenta. Ya sea que veamos nuestro iPhone o nuestros auriculares representados exactamente como son o que el sonido sea el mejor para la configuración de hardware que estemos utilizando. Veremos cuánto de esta patente aparece en los futuros AirPods de tercera generación que esperamos este mismo año o los AirPods Pro, de los que, por ahora, desconocemos la fecha de llegada.
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