He aquí una buena prueba de lo que significa saltar una generación y varios núcleos de procesadores Intel Core en un ordenador. Ahora que el modelo base del MacBook Pro cuenta con los Core i5 e i7 de octava generación, su salto en rendimiento ha sido enorme tal y como demuestran las primeras pruebas hechas desde Geekbench 4.
Tal y como reflejan desde MacRumors, el rendimiento del nuevo modelo base del MacBook Pro ha aumentado un 83% respecto al de su predecesor. En cifras concretas es un salto de los 4.341 a los 4.639 puntos en el test single-core y de los 9.084 a los 16.665 en el test multi-core. La diferencia en esas últimas pruebas salta a la vista.
Más núcleos con sólo 15W de energía
Una de las razones de peso de este salto es que el modelo base del MacBook Pro que se lanzó en 2017 usaba sólo dos núcleos, mientras que el modelo actual utiliza cuatro. Además, el cambio a la generación Coffee Lake aporta más eficiencia al procesador. Por cierto, parece que dichos procesadores son una serie personalizada de los i5-8250U especialmente para Apple.
A medida que vayan saliendo más test en Geekbench 4 las cifras se irán adaptando a una media que será más fiable y precisa, pero de momento estos primeros resultados dejan muy buenas sensaciones sobre el potencial que tienen los ordenadores. Habra que ver qué es lo que nos espera cuando alguien que se compre ese ordenador y lo equipe con un Core i7 suba sus propios benchmarks, porque entonces el rendimiento puede ser aún mucho mayor.
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