Hace unos días, el final boss de Applesfera, Pedro Aznar, publicó una forma casera y barata de crear un soporte para el iPhone de cara a usarlo como webcam para el Mac, la función que estrenará macOS Ventura. Mientras esperamos al lanzamiento final, beta va, beta viene; no está de más ir preparando la infraestructura necesaria, aunque sea con [música de suspense] una bolsa de Ikea y un par de pinzas de la ropa.
Uno, que experimentó un dolor repentino en el brazo izquierdo cuando vio el montaje final, reconoció el arrojo de Pedro aunque quizás le pudiese la ambición. Y aunque la propuesta de las pinzas es funcional, qué duda cabe, creí oportuno buscar alternativas más aesthetic, que dice la juventud. Un amable lector de este medio, Trifero, tuvo a bien compartir conmigo unos planos para imprimir en 3D un soporte pensado para "colgar" el iPhone sobre la pantalla del Mac. Y de esa forma, poder enseñar la cara en alta definición durante las videollamadas.
Coste residual en material y una experiencia perfecta
Una vez recibidos esos planos, y a la espera de que los sospechosos habituales lancen sus propuestas oficiales por treinta dollars o una cantidad similar, acudí a Twitter para pedir que algún valenciano con una impresora 3D me ayudase a imprimirlo, visto que el negocio de turno cerraba todo el mes de agosto... Y alguien apareció.
Imprimió el soporte en una hora y quedó perfecto. Este modelo necesita sí o sí de una base de carga MagSafe para poder funcionar, aunque solo por el magnetismo, no requiere alimentación. Eso significa que si no queremos sacrificar para ello una base MagSafe podemos recurrir a un anillo de sujeción MagSafe sin circuitería eléctrica.
Probé a hacer una videollamada con Pedro y, más allá de una incidencia con FaceTime achacable a usar la beta de Ventura, la cual nos obligó a pasarnos a Google Meets, todo fue perfecto y notó el salto de calidad visual cuando pasé de la cámara integrada en el MacBook a la del iPhone.
El adaptador pesa unos 7 gramos, así que al precio aproximado de los rollos de filamento PLA o ABS, sobre los 20 euros por kilo, el coste del adaptador puramente en cuanto a material de impresión rondaría los 15 céntimos de euro. Luego habría que sumar coste de la electricidad, amortización de la impresora 3D, y por supuesto, trabajo de la persona que se encargue, que en este caso lo hizo amablemente y de forma altruista.
Un matiz importante para quien se anime a imprimirse este tipo de adaptador: la pantalla de un MacBook no está pensada para sostener peso, así que debe quedar en ángulo recto. Si la inclinamos hacia detrás, el iPhone se caerá del adaptador al estar encajado en un grosor tan fino.
Este tipo de objetos son los que más partido doméstico pueden sacar a una impresora 3D: todo aquello que no requiere cableado y se puede imprimir en una sola pieza ahorrando bastante dinero frente a la compra de estos productos por parte de terceros.
Ahora tengo un adaptador que me permitirá ofrecer buena calidad en las videollamadas, sin tener que resignarme a una imagen menos que mediocre en un MacBook Pro de 14 pulgadas de 2021. Porque uno no puede evitar pensar que si la solución de Apple a unas cámaras regulares, diciendo "ahora podéis enganchar el iPhone al Mac", la hubiese dado Samsung o Xiaomi, las risas por estos lares se hubiesen escuchado a siete barrios. Pero así es la electrónica de consumo, como la democracia, extraña a la par que bella.
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