Aún no hay nada oficial. Pero el río lleva sonando demasiado tiempo. Casi una década desde que por primera vez se habló de la posibilidad de un Mac con procesador ARM. Ahora y con la noticia de Bloomberg de ayer, puede que estemos a las puertas de un cambio de gran importancia en la historia de Apple.
Si diéramos por hecho la transición progresiva del Mac hacia ARM, va a ser interesante ver cómo se enfrenta Apple al efecto Osborne. Un fenómeno por el que los clientes prefieren esperar a la aparición de un nuevo modelo antes que adquirir uno actual por miedo a que quede desfasado.
Qué es el efecto Osborne en la tecnología y algunos ejemplos
El efecto Osborne debe su nombre a la compañía Osborne Computer Corporation. Fue bastante popular en la década de los años 80, aunque apenas estuvo unos años operativa (se fundó en 1980 y cerró en 1985). Parte de la culpa de su fracaso se debe a un anuncio prematuro de productos aún por lanzar.
Osborne era bastante conocida por su equipo Osborne 1, el primer microordenador con éxito en el mercado. Fue lanzado en 1981 y era el primer ordenador que se podía transportar. Su precio de 1.795 dólares era bastante asequible comparado con otros equipos de la época.
Según cuenta la historia, a principios de 1983 el fundador Adam Osborne anunció que dos nuevos equipos llamados Osborne Executive y Osborne Vixen estaban en camino. Ambos eran prototipos y aún faltaba un tiempo hasta su puesta a la venta, la compañía afirmó que eran equipos muy superiores al Osborne original. La idea era lanzarlos a mediados de abril y para ello se fue dando acceso previo a algunos periodistas bajo embargo.
Sin embargo, las tiendas de computación se enteraron antes de tiempo de los planes de Osborne. La compañía había planeado presentar los equipos a los minoristas una semana antes del lanzamiento, pero con la filtración su reacción no fue la esperada. Las cancelaciones de pedidos de Osborne 1 fueron masivas antes del anuncio.
El efecto Osborne nace pues del anuncio prematuro de nuevos equipos, provocando una reducción drástica en la venta de los actuales. En una empresa joven como era este caso, con un único producto, el golpe en términos de cashflow es brutal. Los ingresos se desploman y se complican las operaciones de la empresa, comprometiendo su futuro. Finalmente, Osborne acabó cerrando dos años después, aunque este efecto no fue la causa exclusiva.
El Mac con ARM y la sombra de Osborne
El caso del Osborne 1 pasó a conocerse como el efecto Osborne. Donde el anuncio demasiado anticipado de un producto podía poner en aprietos muy serios a la venta de equipos actuales. El razonamiento que sigue el cliente es que si en un plazo razonable va a haber un producto más nuevo y mejor, es mejor posponer la compra hasta su lanzamiento.
Apple conoce de sobra este efecto y, en cierto modo, lo ha vuelto en su favor. Cada año en septiembre (muy posiblemente octubre en este 2020) vemos un nuevo iPhone. Lleva ocurriendo desde 2011 y los usuarios ya se han acostumbrado a ello. Tanto es así que el ciclo de ventas del iPhone se ha adaptado a este hecho, siendo su primer trimestre de disponibilidad (el de Navidad) el más potente, mientras que el último es el más bajo (el que engloba los meses de julio, agosto y septiembre).
Pero cuando lo aplicamos al Mac, donde el cliente no está acostumbrado a los ciclos de renovación constantes, el salto a ARM puede añadir una capa de incertidumbre. De confirmarse las intenciones de Apple de simplemente anunciar sus planes, la compañía podría esquivar el efecto Osborne. Al menos en parte.
En la WWDC solo veríamos aspectos relacionados con el software y su transición a una nueva arquitectura. Este avance sería absolutamente necesario para ayudar a los desarrolladores a adaptar sus apps. No habría nuevo hardware. Nada de equipos Mac con ARM que enseñar. Ni tampoco unidades para periodistas que pudieran realizar las primeras pruebas.
Si nos fijamos, Apple ha actualizado, rediseñado o está a punto de lanzar equipos Mac nuevos (como el iMac). El MacBook Pro de 16 pulgadas salió a la luz a finales de 2019; el Mac Pro se lanzó también en ese momento; los MacBook Air y MacBook Pro de 13 pulgadas se acaban de renovar; el Mac mini se renovó hace unos meses. De modo que quien quiera o necesite un Mac ahora, puede elegir un equipo que ha sido renovado hace poco tiempo.
La transición de PowerPC a Intel llevó 14 meses, desde los primeros modelos hasta que todos asumieron los nuevos procesadores. De igual manera, los Mac no transicionarán a ARM de manera simultánea sino que será progresiva. Y llevará su tiempo, alcanzando a todos los modelos de Mac e incluyendo los de escritorio.
Es inevitable que una parte de los usuarios que pensaran en renovar un Mac o comprarlo por primera vez decidan esperar. Pero al no anunciar nuevos equipos a comercializar en el futuro y con el portfolio de productos recién renovado, el efecto Osborne sería más reducido. Por suerte para la compañía, sus finanzas no dependen únicamente del Mac aunque sea una parte fundamental de su ecosistema.
Imagen | Bilby, Casey Fleser.
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