Una de las cosas que más me gusta de mi Apple Watch es el de poder pagar acercando el reloj, con el único paso de pulsar un botón. El pago se efectúa de forma segura y rápida, y sin peligro de que alguien nos clone la tarjeta por haberla pasado a través de un lector. Incluso puedo hacer eso mismo para sacar dinero en cajeros lo suficientemente modernos.
Pero esta comodidad no debe provocar que nos olvidemos de la capa de seguridad que representa el PIN de nuestra tarjeta de débito o crédito: tenerlo sigue siendo esencial, y hay demasiadas personas que tienen uno demasiado fácil de adivinar. No es una exageración.
Toda seguridad se cae detrás del '1234'
Hay estudios con resultados que asustan: uno de cada cuatro códigos PIN de tarjetas de débito o crédito puede adivinarse usando una lista de tan sólo veinte números. Veinte. Y el primero de ellos, el infame '1234', representa el el 11% de los códigos PIN de las tarjetas que participaron en ese estudio.
La causa de esto es que siempre buscamos un patrón para colocar ese PIN, cosa que demuestra bien la lista de los diez primeros códigos más utilizados:
- 1234
- 1111
- 0000
- 1212
- 7777
- 1004
- 2000
- 4444
- 2222
- 6969
Otros números demasiado obvios son el '2580', por aquello de pulsar las teclas de la fila central del teclado de arriba a abajo:
Lo mismo podemos decir de los códigos de bloqueo del iPhone, y es por este motivo por el que Apple los ha ampliado a seis cifras. Adivinarlas es más difícil que simplemente requiriendo cuatro números. El descuido es obvio: si todos usamos siempre los mismos códigos, adivinarlos es demasiado sencillo.
Tal y como advierte la propia web de Apple al respecto, hay pagos con Apple Pay que pueden requerir el PIN. Depende del emisor de la tarjeta y del banco, y también del importe de la compra. Por eso no solo es imprescindible que no lo olvidemos: también debemos evitar que sea demasiado obvio.
¿Qué podemos hacer? Pues elegir un código que no pueda adivinarse, que sea más aleatorio, por ejemplo '7438'. Y por supuesto, nadie puede pedirte el PIN de tu tarjeta. Ni siquiera tu banco. Si alguien lo hace no lo facilites, porque es prácticamente seguro que quiere acceso a tu cuenta bancaria.
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