Hace muy poco que veíamos un rumor de esos que no nos gusta demasiado reflejar: Ming-Chi Kuo tiene motivos para creer que Apple puede aplazar o incluso cancelar la llegada del iPhone SE 4. La decisión vendría dada por la subida de los costes de fabricación y por la bajada de ventas de los terminales de gama baja.
La lógica la tenemos: si un modelo de iPhone no da los beneficios que se esperan, es normal que Apple decida dejarlo a un lado para centrarse en los modelos que sí se venden más (que parece que son los más recientes y caros). Pero aquí hay un grupo de usuarios no precisamente pequeño que puede salir muy mal parado.
El iPhone SE es el iPhone justo y necesario
Lo normal que ocurre con una persona que se compra un iPhone (que ahora mismo seguramente será un iPhone 14 o semejante) es que aproveche todas sus funciones: iCloud, llamadas, mensajería, redes sociales, contenidos, pagos, salud, trabajo, compras y ocio... la pura definición de tener un ordenador en el bolsillo.
Pero hay otros usuarios. Los usuarios que sólo utilizan el móvil para llamadas, WhatsApp y lo justo y necesario como poder entrar en los bancos y hacer gestiones. Son personas de cierta edad, o usuarios a los que no les gusta lidiar con la tecnología y quieren la mínima interacción con aparatos electrónicos. No quieren oír hablar ni de la nube, ni de ninguna aplicación que les suponga invertir más tiempo mirando la pantalla. Suficiente tienen con aprender lo que es una ID de Apple y configurarla.
Esos usuarios, con quien suelo hablar frecuentemente en mis sesiones de asesoría y formación, eligen siempre un iPhone SE por ser el terminal más barato y que les puede durar más tiempo. Y lo eligen por encima de un Android más barato porque en el iPhone ven durabilidad, fiabilidad y una buena marca detrás. También porque ven un terminal pequeño, que no molesta en el bolsillo.
Si de repente esos usuarios ven cómo los iPhone SE dejan de existir, quedan huérfanos. Se ven obligados a comprar un iPhone más grande, más caro y con muchas funciones que no van a utilizar. Y eso puede llevarlos a migrar a Android, con todo lo que eso conlleva. O recurrir al mercado de segunda mano, comprando un iPhone de generaciones más antiguas. Quizás el iPhone SE de 2022 se convierta en un ítem preciado.
Es por eso que personalmente no sé cómo tomarme este rumor: por un lado veo la lógica pero, por otro lado, puede provocar que muchos usuarios básicos de la plataforma decidan irse en pos de buscar terminales pequeños y ahorrar dinero. El cambio a Android no es baladí, pero con lo poco que utlizarían el teléfono no lo notarían demasiado.
Imagen | Unsplash (crédito de TechieTech Tech)
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