Después de meses de rumores acerca de un sucesor del iPhone SE, no queda demasiado margen: el iPhone 9 es inminente. Inminente, sí, hasta el punto que hemos visto hace unas horas una carcasa para este modelo en Best Buy. La pregunta que muchos (¿todos, tal vez?) nos hacemos es acerca de la conveniencia o no de lanzar un iPhone nuevo en medio de una pandemia mundial.
Un iPhone 9 en medio de una crisis sanitaria y económica nunca vistas
Vivimos tiempos excepcionales. La historia se está construyendo según pasan las horas y los días de duro confinamiento y de tragedias personales. Y en medio se encuentran también las compañías tecnológicas. Apple ha tomado varias medidas para continuar su actividad para proteger a empleados y proveedores, adaptándose a unas circunstancias que se califican como fluidas.
Desde el cierre de tiendas físicas, al teletrabajo, pasando por medidas de higiene y seguridad adicionales en puestos esenciales. Sin olvidarnos del sitio web y app dedicadas a la auto-detección del COVID-19.
Con la reanudación de la producción en China, el stock y los tiempos de entrega han mejorado sustancialmente. Sin embargo, en el resto del mundo las cosas son bien distintas. Con Europa bajo confinamiento y Norteamérica siguiendo su estela, dos de sus grandes mercados ven reducidas enormemente su actividad económica.
Traducción: el parón económico se va a convertir en una crisis donde muchas empresas cerrarán y el desempleo crecerá. Según el Deutsche Bank, recogido por el Financial Times:
Economistas en el Deutsche Bank estiman que la eurozona va en la dirección de sufrir una contracción del PIB del 11,4% en el segundo trimestre de 2020.
Alemania perdería un 12,2%, Francia un 14,8%, Reino Unido un 15,1%, Italia un 16,3% y España un 20,1%, solo en el segundo trimestre de 2020. Y eso que la pandemia aún se está expandiendo por el mundo. De ahí surge la pregunta acerca de la conveniencia de lanzar un iPhone 9 en medio de este escenario.
El iPhone 9 y el mundo que no se detiene
A pesar de todo lo que estamos viviendo, los que más, sufriendo, el mundo sigue girando. En el caso de Apple, sus usuarios siguen consumiendo apps y servicios, así como necesitando reparaciones de sus productos. Como ejemplo, el confinamiento provocó un aumento de las ventas de iPad debido al teletrabajo en China el pasado febrero. No sería extraño que en el resto del mundo se replicase esta tendencia, acelerada por la suspensión de los colegios.
Es evidente que los usuarios de Apple siguen buscando interactuar con la compañía de una manera u otra. Lanzar un iPhone en medio de este panorama puede parecer una mala decisión o una locura. Pero la compañía ya vivió una situación similar con la crisis financiera de 2008 y supo salir adelante.
Si nos fiamos de los rumores, el iPhone 9 estaría basado en un iPhone 8 pero con componentes clave más actuales. Un procesador A13 Bionic, combinado con una mejor cámara y alguna otra mejora lo convertirían en un buen candidato para el iPhone de "bajo coste" (en términos de precio de Apple). Es decir, no es un iPhone completamente nuevo. Lo que ofrece es familiaridad a un precio contenido.
En productos electrónicos de cierto desembolso, es comprensible querer acudir a una tienda a probarlo. Pero con las medidas de restricción de movimientos y comercio, esto no es posible. Sin embargo, al tratarse de un terminal con aspecto ya conocido, esto no debería suponer un gran impedimento a la hora de las ventas.
Otros competidores, desde luego, no han soltado el pie del acelerador. Samsung presentó su Galaxy S20 el mes pasado, en medio de la expansión inicial vírica. Hace tan solo cinco días, Huawei lanzaba su gama P40 Pro. Y otros fabricantes menores como Realme siguen adelante presentando modelos.
Desde luego, un lanzamiento del iPhone 9 en los tiempos del coronavirus es perfectamente posible. Como añadido, supondría aportar cierto aire de normalidad. Las grandes compañías, si pueden, deberían seguir adelante con sus planes en la medida de lo posible.
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