El pasado 29 de junio se cumplieron los 15 años de la puesta a la venta del iPhone original en Estados Unidos. Presentado el 9 de enero de 2007, los seis meses y pico fueron frenéticos: la mítica presentación de Steve Jobs en la MacWorld Expo fue la primera vez que un prototipo no se colgaba. La maquinaria de la Apple de la época tenía que solucionar los múltiples problemas de aquellos modelos - se dice que había más de diez iPhone de respaldo, por si a Jobs le iba fallando en plena presentación. No pasó.
Cuesta pensar que hace poco más de 15 años no existía el iPhone, ni muchos de los servicios que utilizamos en el día a día
Cuesta pensar que hace poco más de 15 años no existía el iPhone. Ni Instagram, ni Tik Tok, ni Twitch, ni WhatsApp ni las redes sociales como las entendemos ahora, ni controlar las luces de casa desde el móvil, ni las fotos de comida con hashtags. Sí que estaban los que pensaban que el MMS era el futuro, que Flash era un standard web que iba a quedarse para siempre, que un teléfono sin radio era intolerable, que ninguna batería iba a aguantar más de una hora con una pantalla de 3,5".
El iPhone cambió muchas cosas, así como salvó y terminó de enterrar otras. Ha transformado la sociedad y cómo entendemos la tecnología y durante todos estos años su evolución ha traído además productos y servicios impensables años antes. Lo próximo que está por venir en términos de realidad ampliada está mucho más arraigado al Apple de lo que se puede pensar, pero a su vez, está muy lejos de él.
Vivir con un iPhone, en 2022
Porque vivir sin él es impensable. O con cualquier teléfono inteligente que existe gracias a él, aunque aquí nos centraremos en el iPhone. Vivir la trayectoria del producto desde Applesfera da la oportunidad de ver cómo ha cambiado lo que entendemos por el producto y lo que pedimos de él. El análisis del iPhone original - que titulé precisamente "Vivir con un iPhone" - constaba de 964 palabras y 2 imágenes. El análisis del iPhone 13 Pro Max, más de 4400 palabras y 31 imágenes - procesadas después de descartar más de 200.
La forma de contar y describir las capacidades de cada nuevo modelo también ha crecido como sus prestaciones, al igual que la cantidad de información que se busca sobre él: quizás con el primer modelo sólo necesitábamos saber como era, pero ahora queremos exprimirlo al máximo. Cuando el iPhone comenzó a hacerse popular (sobre todo a partir del iPhone 4 y su popular filtración) el aumento de la capacidad de producción llevó consigo mayores filtraciones: tanto, que durante los últimos años ya somos capaces de predecir casi con exactitud milimétrica como será - por ejemplo - el nuevo iPhone 14 por fuera.
De hecho, sucede algo curioso - más patente en los últimos cinco años - y es que los rumores ya no sólo se limitan al próximo modelo: sino que conocemos la apariencia del próximo, y lo que podría llevar el siguiente. En el punto actual en el que estamos, podríamos llamarlo el iPhone 14+1, y es esta búsqueda de información incesante, esta batalla entre filtradores de información (como nunca se ha visto) que nos proporciona la antesala de lo que vemos en septiembre. Conocemos la hoja de ruta de dos generaciones, al menos en lo que se refiere al aspecto físico - con alguna conclusión derivada.
Sin embargo, 15 años después, también nos hemos dado cuenta de una cosa: que el diseño nos importa, pero no tanto. Por mucho que se sepa con antelación son las capacidades del hardware y el software - la fuerza del dispositivo de Apple - lo que vende es el producto completo. Estamos en una época donde el diseño ya parece haberse consolidado, y la importancia es lo que podemos hacer con él. Con el que está por venir, y con el siguiente, el +1. Y así será, hasta la siguiente gran revolución.
Ver 10 comentarios