Una de las novedades de los iPhone 13 Pro es la posibilidad de grabar vídeo en formato ProRes. Con este formato tenemos una gran libertad de ajustes y retoques en postproducción, ya que la información en bruto de los sensores se guarda en el mismo vídeo. Un modo que tiene sus peculiaridades, especialmente el tamaño que ocupa, hablemos de ello.
Un formato que requiere mucho, mucho almacenamiento
Gracias a que el vídeo en formato ProRes retiene toda la información que las lentes han capturado, el tamaño de este formato es considerable. Muy considerable de hecho. Durante la presentación Apple mencionó una curiosa limitación de este ProRes: solo los iPhone de 256 GB o más pueden utilizarlo en resolución 4K. Ahora sabemos el motivo.
Un minuto grabado en formato ProRes a 1080p y 30 fps ocupa nada más y nada menos que 1,7 GB. Mientras, un minuto del mismo ProRes grabado a 4K y 30 fps ocupa la friolera de 6 GB. Esto significa que en 4K —teniendo en cuenta que un iPhone ya tiene parte del espacio ocupado con el sistema operativo, aplicaciones, etc.— cabrían un máximo de 15 minutos de vídeo, más o menos, en el modelo de 128 GB.
La decisión de reservar la resolución 4K a los iPhone con más almacenamiento cobra, entonces, sentido. De todas formas cabe decir que tampoco es que el modelo de 256 GB pueda almacenar gran cantidad de vídeos en formato ProRes. Al final, una simple división nos indica que han de caber unos 35 minutos de vídeo en ese formato.
Si hacemos números con el formato ProRes grabado a 1080p los números son ya bastante diferentes. Un iPhone de 128 GB puede almacenar un poco más de una hora en este formato mientras que el modelo de 256 GB alcanza las dos horas de grabación.
La misma app Cámara indica, cuando activamos el modo ProRes, la cantidad de minutos de almacenamiento restantes. En mi caso, con un iPhone 13 Pro de 128 GB con 54 GB ocupados el recuento asciende a 33 minutos.
Y ahora ¿cómo transfiero mi grabación?
Visto el tamaño necesario para almacenar el formato ProRes, se merece una mención la gestión necesaria para exportar estos vídeos fuera del iPhone. Antes de llevarnos las manos a la cabeza es un buen momento para recordar que este es un formato muy concreto que está pensado para una postproducción profesional. Un formato que no está pensado, ni muchísimo menos, para que capturemos todos nuestros vídeos.
Transferir la cantidad de información que genera grabar un vídeo en formato ProRes es una tarea considerablemente. La mejor forma de conseguirlo es usando AirDrop. Gracias a este sistema podemos transferir, aproximadamente y en las mejores circunstancias, un gigabite de información por segundo, lo que significa que exportar una grabación de una hora (digamos de unos 100 GB a 1080p) requiere unos 15 minutos de transferencia.
Otra alternativa es valernos de la sincronización mediante Fotos en iCloud. Aquí entra en juego la velocidad de la conexión que tengamos. La comodidad, sin embargo, es máxima, pues encontraremos el vídeo grabado en nuestro Mac listo para su edición en una pantalla mucho más grande que la del iPhone.
La última alternativa es usar un conector Lightning. Este nos proporcionará una velocidad de USB 2.0, es decir de unos 480 Mbps, lo que convierte la exportación de la hora de vídeo que comentábamos más arriba en un proceso que duraría algo más de media hora.
Está claro que el formato ProRes está pensado para unos casos de uso muy concretos. Unos usos en los que el tamaño del vídeo pasa a un segundo plano y se prioriza su calidad y el cómo podremos ajustar casi cualquier variable del vídeo justo como necesitemos.
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