Suele decirse que el iPhone retiene su valor con relativa firmeza conforme pasa el tiempo. Especialmente cuando lo comparamos con otros terminales Android. Si el año pasado BankMyCell publicó un estudio sobre la depreciación del iPhone y Android, este año repiten análisis con los datos obtenidos en 2019 y 2020. Según se desprende de ellos, un flagship Android se deprecia al doble de velocidad que un iPhone.
Durante los dos primeros años, el iPhone retiene mejor el valor
Antes de entrar en el estudio, conviene recordar qué es BankMyCell. Es una especie de broker que conecta usuarios con terminales usados con otros usuarios en busca de este tipo de dispositivos. Se trata de smartphones que han sido cuidados y se encuentran en buen estado. Pantalla intacta, batería funcional, resto de características en orden. Salvo por algún que otro arañazo, sería el equivalente de comprar un coche usado muy cuidado.
Como es lógico, al tratarse de dispositivos usados su precio se devalúa con el uso y tiempo. Esta web tiene el suficiente número de transacciones como para hacerse una idea de cuál es la depreciación media de los smartphones. Reflejado en una gráfica, queda de la siguiente manera:
Aquí se muestra el porcentaje de depreciación de un iPhone, smartphone Android flagship y un smartphone Android de gama baja. Todo son valores medios y se calcula sobre su propia base. Como puede verse, el iPhone mantiene una depreciación menor en todos los años, siendo casi lineal. Ambos Android experimentan una situación similar, donde en el segundo año la depreciación ronda el 70-80%. En comparación, el iPhone solo pierde un 45% en el mismo periodo de tiempo.
Combinando los valores absolutos, porcentaje y acumulado, obtenemos la siguiente tabla:
Desde luego, una conclusión está clara: el iPhone es capaz de retener su valor con el paso del tiempo mucho mejor que sus competidores.
La clave está en la demanda de dispositivos usados
En el propio informe, BankMyCell indica que los precios ofrecidos en la recompra dependen de que exista una demanda. Es decir, que cuanto mayor sea el interés por un dispositivo, más alto será su precio y mejor retendrá el valor a lo largo del tiempo. En la valoración que hace un usuario a la hora de comprar un smartphone de segunda mano, tiene en cuenta diversos factores. Entre los más importantes:
- Estado general del dispositivo.
- Estado de la batería.
- Soporte de actualizaciones y seguridad.
- Precio del modelo en tienda.
Sobre los dos primeros puntos, Apple no tiene demasiado control y depende del usuario. Los recambios de batería cuestan entre 55 y 75 euros, dependiendo del modelo. Pasados dos años de uso suele ser buena idea cambiarla para tener una autonomía adecuada con independencia del modelo y marca.
En cuanto a los dos últimos, Apple sí que tiene poder para influirlos o determinarlos. El soporte de actualizaciones de un iPhone es el mayor en la industria, con dispositivos de alrededor de 5 años recibiendo soporte (el iPhone 6s lanzado en 2015 soporta iOS 13, 5 años). En julio de 2019, Apple lanzó actualizaciones para dispositivos vintage como el iPhone 5, un terminal de 2012.
Y sobre el precio de venta, es conocido el hecho de que Apple no rebaja el precio de venta en su tienda online. Al menos, hasta que sale una nueva generación. Sí que hay descuentos en tiendas externas, aunque estos también están limitados cuando se comparan con otras marcas.
Todos estos factores determinan la existencia, tamaño y calidad de un mercado de dispositivos de segunda mano. Los dispositivos de Apple suelen estar entre los de precio más elevado, pero también retienen su valor mejor en el tiempo. Sabiendo esto, es más probable que un usuario haga un desembolso superior en un iPhone, sabiendo que en dos años podrá revenderlo y recuperar parte para adquirir un nuevo modelo. O aguantar más tiempo con él.
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