A nivel logístico, Apple siempre ha tenido una estrategia brillante. Además, Tim Cook cuenta con la experiencia de haber sido el responsable de operaciones de la compañía y sabe perfectamente qué hay que hacer para asegurar la máxima circulación de envíos en cualquier situación. Sin embargo, la crisis global de componentes ha terminado también perjudicando irremediablemente a la empresa.
Desde Bloomberg nos llega el reporte de Apple viéndose obligada a recortar la producción estimada de los iPhone 13 en unos 10 millones de unidades. La previsión inicial eran 90 millones, así que estamos ante una rebaja de un 12% aproximadamente. Esta vez ni los miles de millones de dólares de la compañía pueden solucionarlo.
Un freno que afectará a todo el mundo y durante más de un año
El cuello de botella principal estaría en los proveedores Broadcom y Texas Instruments, quienes están teniendo dificultades para poder recibir los componentes necesarios y poder cumplir con sus encargos. Ninguna de estas compañías ni la propia Apple han querido comentar nada al respecto.
El iPhone sigue siendo la principal fuente de ingresos de Apple, por lo que una disminución de su producto estrella puede significar una reducción de ingresos que ya se ha hecho notar en el valor de las acciones de Apple (éste ha bajado un 1,3% fuera de mercado).
Las consecuencias se van a notar en la disponibilidad del iPhone 13, que será algo más escasa durante un tiempo dependiendo de la demanda que haya. Apple ya avisó en su pasada rueda de prensa de resultados financieros: la escasez de componentes va a hacer que la producción se ralentice durante este año y 2022. Y ya hay quien dice que el problema seguirá estando presente en 2023, aunque Apple toma medidas contratando a más proveedores como es el caso de BOE para los paneles OLED.
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