Qualcomm se encuentra en estos momentos en Hawaii presentando su Snapdragon Tech Summit, la conferencia centrada en nuevos procesadores para smartphones. Nuestros compañeros de Xataka han asistido y nos traen las novedades más interesantes en primera persona. Entre ellas se encuentran dos tecnologías muy interesantes que se enfrentarán al iPhone en 2019: la conexión 5G y el sensor de huellas ultrasónico en pantalla.
Así son el 5G y sensor de huella de Qualcomm
El Snapdragon 855 es el sucesor del procesador que han montado todos los smartphone de gama alta este año, el Snapdragon 845. Mejoras en rendimiento y eficiencia aparte, este nuevo chip de Qualcomm trae otras novedades:
- Proceso de fabricación de 7 nanómetros, el mismo que tiene el A12 Bionic de Apple, también fabricado por TSMC.
- NPU dedicada para mejorar la fotografía y video tomado con el dispositivo, similar al motor neuronal del iPhone aunque éste se utiliza en muchas más tareas.
- Módem X50 para conectividad 5G de hasta 5GBps y otro módem X24 para conexión 4G de hasta 2GBps.
- Soporte para sensor de huellas ultrasónico debajo de la pantalla del terminal como método de desbloqueo seguro.
En conjunto, Qualcomm no ha entrado demasiado en detalles técnicos ni especificaciones. Donde sí ha dedicado más tiempo ha sido en los dos últimos puntos. El 5G no sólo promete un ancho de banda superior, sino también una reducción sustancial de la latencia en las comunicaciones inalámbricas. Se menciona al internet de las cosas y las ciudades inteligentes como casos de uso de esta tecnología. Llevada a los smartphones, el más evidente es el streaming de contenido y los videojuegos online.
En cuanto al sensor de huellas ultrasónico, Qualcomm también ha ahondado un poco más que en el resto de características. Según la compañía, se trata de un sistema más preciso y seguro que el utilizado habitualmente en la pantalla por otros fabricantes. En vez de tomar una imagen, el sensor realiza un molde 3D de la huella dactilar con todos sus surcos y poros. Aunque Qualcomm no ha mostrado ningún modelo funcional del sensor en su conferencia.
Para estas y otras novedades tendremos que esperar a la primera mitad de 2019, cuando veremos los primeros smartphone de gama alta con el Snapdragon 855 en su interior. Uno de los candidatos a recibirlo es el Samsung Galaxy S10, previsto para marzo-abril del año que viene.
Qué significa esto para el iPhone
Las redes que permiten la conectividad 5G están comenzando su despliegue por todo el mundo. Los gobiernos han comenzado a subastar las licencias correspondientes a las operadoras. A pesar de esto, el avance es lento. En España se están realizando pruebas en algunos puntos pero su uso comercial no se espera hasta 2020. Otros países llevan un ritmo ligeramente más rápido, con 2019 como fecha de salida al público.
Por eso, no es extraño que los rumores acerca de un iPhone 5G lo coloquen a partir de 2020. Apple se toma su tiempo a la hora de adoptar nuevos estándares de conectividad celular. Esto puede verse en otras dos ocasiones:
- El iPhone original tan solo tenía conectividad EDGE y no 3G, algo que cambió con el siguiente modelo en 2008.
- La conexión LTE o 4G aterrizó en el iPhone 5, mucho más tarde que otros competidores.
La reducción de la latencia del 5G es un punto muy atractivo para los juegos online de iOS, pero es algo de lo que no se podrán beneficiar la inmensa mayoría de usuarios hasta dentro de un par de años. En cuanto al sensor de huellas integrado en la pantalla, la historia es muy diferente.
Tras la introducción de Touch ID con el iPhone 5s en 2013, la mejora de la experiencia general del iPhone necesitaba prescindir del botón Home. Esto permitiría aumentar la pantalla y reducir los marcos del iPhone pero, ¿cómo conseguirlo? Mediante dos vías: colocando el sensor de huellas dentro de la pantalla o utilizando un sistema sofisticado de reconocimiento facial.
Como sabemos, Apple optó por el segundo método mucho tiempo antes de que viera la luz en forma del Face ID del iPhone X. Pero eso no quiere decir que no investigase el primero de ellos. De hecho, lo investigaron a fondo y registraron numerosas patentes (aquí y aquí, entre otras). Claramente, Apple decidió que Face ID era una opción superior y apostó por ella.
En su momento vimos cómo Face ID sacaba año y medio de ventaja a los competidores del iPhone. Por lo menos. Ahora sabemos que el resto de fabricantes aún no han desarrollado un sistema que esté a la altura o lo supere. Y vista la presentación de Qualcomm (aún tenemos pendiente saber su velocidad real), es probable que esté todavía lejos. O que incluso los fabricantes prefieran optar por el sensor sónico en pantalla en vez del reconocimiento facial avanzado.
Por todo ello, Apple puede estar tranquila en ambos frentes. En un mundo ideal en el que la expansión del 5G fuera instantánea sí que sería relevante la ausencia de un modem compatible en el iPhone. Y Face ID abre una serie de posibilidades muy interesantes a su alrededor.
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