A pesar de que la historia del iPad comenzó a escribirse en 2010, ya ha tenido distintas ramificaciones en este corto período de vida. Si lo pensamos, ha seguido caminos muy paralelos a lo que sucedía en la gama Mac (más cercana incluso que la familia iPhone en este aspecto), diversificando en un momento importante de su historia entre los modelos iPad y iPad Air.
El iPad Air no supuso un cambio más radical como lo fue el MacBook Air en la gama de portátiles, pero si que marcó un antes y un después en diseño y filosofía: un nuevo concepto de tablet mucho más delgado y más potente - conseguido gracias a la experiencia obtenida en los procesos de miniaturización de sus dispositivos móviles. Duró dos generaciones hasta que se convirtió en el iPad (2017), alejándose de los apellidos numéricos y - de nuevo, como en los Mac - distinguiendo cada generación por el año de lanzamiento.
El iPad mini supo concentrar la experiencia del iPad en un tamaño más reducido, sin sacrificar las sensaciones del original
Una de las ramificaciones de la gama fue el iPad mini, una versión lanzada al compás del iPad 2 que concentraba (no reducía, como dejó bien claro Phill Schiller en aquella keynote) la experiencia del iPad. Este nuevo tamaño permitía más comodidad a usuarios que no requerían de una pantalla tan grande pero sí de la potencia y de las sensaciones completas del producto. El apellido “mini” es parte de la mitología de la marca, y no se pone por poner: no en vano el mítico iPod mini lo llevó definiendo toda una generación y un rumbo de intenciones.
El iPad mini vs los iPhone Plus y Max
La llegada de las grandes pantallas al iPhone fueron sin duda uno de los contrapuntos al mercado de los mini de la época, cuya novedad apartó un poco del foco estos modelos en un mundo donde todo parecía que iba hacia el lado contrario: pantallas más grandes, más potencia. Los últimos iPad mini con pantalla Retina fueron un producto muy vendido - para algunos su primera tableta de Apple. Desde Septiembre de 2015 no vemos una actualización de estos modelos, que siguen vendiéndose.
Sin embargo, parece que hay ciertas leyendas que se resisten a desaparecer. Ya nos ocurrió en la keynote sorpresa de finales de Octubre con el regreso del MacBook Air y el Mac mini, y es precisamente en este último donde tenemos que fijarnos si queremos analizar los rumores que han surgido en los últimos días sobre un posible lanzamiento de un nuevo iPad mini junto al iPad de 2019.
Podría ocurrir algo similar a lo que pasó con el Mac mini, un cambio de ángulo para centrar el nuevo iPad mini en el contexto actual
El Mac mini llegó en su momento como un punto de atención para switchers en un momento donde el iPod era muy importante y estaba atrayendo muchas miradas. Con el objetivo de hacer fácil la transición a Mac, el concepto de “Mac concentrado” a un precio asequible lo situaba en el punto de mira de muchos que nunca habían considerado lanzarse al mundo Apple. Y lo hicieron.
En 2018 vimos una puesta al día del Mac mini, pero desde el ángulo contrario: la fidelización que busca es de quien requiere rendimiento y escalabilidad, sencillez de uso y potencia concentrada sin necesidad de irse a las máquinas Pro (el iMac Pro ahora mismo, y durante este año, el nuevo Mac Pro). Este viraje ayudado por el viento favorable de unos usuarios demandando un producto donde llenar este hueco, dio lugar al formidable Mac mini que analizamos hace unos meses.
iPad mini (2019), el momento adecuado
El mejor momento para poner al día este iPad mini es ahora, por muchas razones. Entre ellas, los avances en tecnologías y procesos de fabricación que ha dado lugar a la pantalla Liquid Retina, los procesadores Bionic e incluso la compatibilidad con el nuevo Pencil. Como concepto, este iPad mini sería de nuevo un versión concentrada de una nueva generación de iPad que se inició con el iPad Pro (2018).
Este mini podría contar con una versión del chip A11X - a pesar de no ser el actual del iPad Pro, sería más que suficiente para este dispositivo - o si el nuevo iPad (2019) nos desvela un nuevo procesador, contar con el propio A12X. El compromiso en potencia y rendimiento en un formato más pequeño y manejable no se notaría y nos pondría en bandeja un dispositivo para utilizarlo donde las pulgadas de los iPhone gigantes se nos pueden quedar cortas (o no queremos un iPhone de este tipo): consultar documentación, leer libros, planos 3D, realidad aumentada, libros de texto, videojuegos, vídeos en pantalla más grande... Todo ello con el mismo tamaño que tiene una pequeña libreta.
El uso de Liquid Retina y Face ID podrían mantener la envergadura aumentando incluso las pulgadas, situándolo naturalmente entre los iPhone y los iPad por tamaño
Recordemos también que la envergadura del dispositivo se mantendría ampliando el tamaño de pantalla, con lo que podríamos pasar perfectamente de las 7,9” a las 8,9” reduciendo el grosor y los bordes como nunca. Esto lo situaría casi de forma natural entre los grandes iPhone y los modelos de 11”, ya que el actual iPad (2018) podría también adquirir la pantalla Retina y alcanzar estas pulgadas, eliminando de la gama de 2019 las 9,7.
Por supuesto, ambos modelos contarían por fin con Face ID - de la misma forma que el iPhone XR - y con este movimiento normalizaríamos la gama iPad dando opciones a prácticamente todos los interesados en un iPad, pero no uno tan grande como podría ser la posible actualización del modelo de 9,7” a las 11”. Según los rumores, Apple podría presentar ambos iPad en un evento que se celebraría en Marzo - fecha que cuadra con la presentación el año pasado del modelo de 2018, o que incluso podría ser orientado al mercado educativo. Un buen momento para ver la nueva puesta de largo del concepto y quizás, darle una nueva vida en el contexto actual.
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