Un joven ha dejado el trabajo en su primerísimo primer día. ¿El motivo? No querer trabajar de 12 a 14 horas diarias. Y no tanto quizás por no querer hacer semejante esfuerzo, sino porque albergaba serias dudas de que le fuesen a ser retribuidas. Es algo que no ha ocurrido en España, pero que deja claro algo común a todo el mundo y que afecta también a Apple.
Por suerte, las cosas están cambiando. Los nacidos entre 1997 y 2012, conocidos como la generación Z, están incorporándose al mercado laboral haciendo ruido y exigiendo cambios que beneficien a todos. El ejemplo que exponíamos es sólo uno de los últimos que demuestran esta tendencia.
No considerar normal un abuso laboral, la batalla de los 'Z'
Como milenial de últimos años y muy cercano a la generación Z, he percibido en muchas ocasiones (más de las que me gustaría) como a estas generaciones se nos apoda muchas veces como la generación de cristal e incluso se nos tilda de vagos. Como seguramente otros tantos habrán comprobado, hay de todo en esta viña del señor, desde trabajadores incansables que le echan horas y horas a su trabajo hasta aquellos que aprovechan la más mínima oportunidad para escaquearse.
Sin embargo, hay algo que se puede apreciar en estos últimos ejemplos: da igual la edad. Currantes y vagos los hay de todas las edades. Sí en cambio es cierto que son estas últimas generaciones las que más empujan por acabar con abusos establecidos ya como norma en muchas empresas. Desde dar por natural el tener que hacer horas extras no recompensadas hasta vernos obligados a estar en grupos de WhatsApp de trabajo con nuestro número personal y atendiendo peticiones fuera de la jornada laboral.
Los Z dicen basta. El caso que exponíamos en la introducción pertenece a una historia contada en Reddit y en la que un joven retrata una pésima y corta experiencia laboral. Y eso que ya con antelación pintaba feo el asunto, puesto que para poder optar al puesto tuvo que realizar dos pruebas de larga duración que juntas supusieron más de 80 horas de trabajo. No remuneradas, por supuesto.
"Beneficiado" ya como un trabajador de pleno derecho, el joven recuerda que en su primer día su jefe se burló de él no querer trabajar de forma altruista. En aquel primer y único día le exigió un "compromiso irrazonable", que era trabajar más horas de lo que su horario exigía y sin recibir nada a cambio. Satisfacción personal si acaso, pero nada más. Ni días libres, ni por supuesto un sueldo adicional.
Apple no es ajena a todos estos problemas
De unos años a esta parte, en Apple han sido habituales las huelgas de trabajadores de tiendas por, entre otras cosas, tener condiciones laborales abusivas. De hecho, está inmersa en todo un drama legal. A falta de que los tribunales dicten sentencia, la firma está bajo escrutinio por, presuntamente, violar algunas de esas normativas laborales.
Aparte de las huelgas, la compañía se ha visto también salpicada por demandas. Y si bien es cierto que es un asunto delicado y que cambia mucho dependiendo del territorio, es en Estados Unidos donde la compañía lo está teniendo más difícil. En este mismo año ya tuvo que cerrar acuerdos con trabajadores para evitar ir a los tribunales.
En cualquier caso, todo nos lleva a lo mismo: al hartazgo de las nuevas generaciones que han venido para cambiar las normas. Y aquí ni la empresa más valiosa del planeta como Apple se libra.
Vía | Genbeta
Imagen de portada | Dylan Gillis en Unsplash y Laurenz Heymann en Unsplash
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