El lunes de la semana pasada, Apple anunciaba que no iba a ser capaz de alcanzar sus objetivos para el Q2 de 2020. La compañía eliminaba el guidance dado a los analistas e inversores apenas unas semanas antes. Y lo hacía sin aportar ninguna orientación adicional, que tendría que esperar a la conferencia de accionistas del próximo abril.
El pánico que suele acarrear una decisión así no se transmitió a los mercados. Al contrario de lo que ocurrió con el profit warning del año pasado. ¿Qué hay de diferente entre ambas situaciones?
Cómo afecta el coronavirus a Apple
Tal y como están las cosas, conviene repasar de qué forma afecta el brote de COVID-19 a las operaciones de Apple. Por lo que sabemos, los movimientos de personas en China están restringidos en algunas regiones. Las Apple Store han permanecido cerradas y en los momentos en que han reabierto, lo han hecho con un horario limitado.
Como es lógico, mantener las tiendas cerradas tiene un impacto directo en la demanda de productos, especialmente el iPhone. Las ventas online deberían seguir funcionando normalmente. Puede que incluso hayan experimentado un repunte, al igual que los servicios (más tiempo en casa, más consumo digital). Pero habrá una buena porción que se hayan perdido o pospuesto. Sobre esto, será interesante ver si algunas ventas se trasladan de forma anormal a otros trimestres.
El coronavirus también ha afectado a Apple por el lado de la producción. La vuelta de las vacaciones por el año nuevo chino se retrasó e instó a los trabajadores de Foxconn a esperar noticias para su vuelta. Foxconn es el principal socio ensamblador de Apple en China y otros países del entorno, por lo que su impacto es significativo.
Apple no puede hacer nada más que velar por la seguridad de sus empleados y socios, tanto en tienda como en las líneas de producción. Pero sí que puede desviar parte de la producción a otros países para intentar mitigar las consecuencias negativas de este brote.
Las dos correcciones de resultados de Apple
El profit warning de Apple, emitido el 2 de enero de 2019, provocó una caída entre horas del 8,6%. Una vez abrieron los mercados, la acción de Apple cayó aún más. En esa ocasión, la compañía pasó de predecir unos ingresos de entre 89.000 y 93.000 millones de dólares a "solo" 84.000. Una desviación significativa de sus propias predicciones que motivó el aviso a analistas.
En su momento, vimos que se trataba de una situación explicada desde la ralentización de la economía china y, especialmente, por las tensiones comerciales entre EEUU y la gran potencia asiática. Por tanto, llegó a afectar no solo a Apple sino también a Samsung, LG, Baidu, Adidas, Disney y otras muchas empresas de distintos sectores.
Nada más superar este obstáculo, las acciones de Apple se recuperaron. Y a las semanas comenzó un ciclo alcista que la colocó desde los 150 dólares de principios de 2019 hasta los 313 dólares en el el momento de escribir estas líneas. En el caso del COVID-19, la situación ha sido diferente.
Tras conocerse la noticia de la eliminación del guidance, la bolsa reaccionaba entre horas con una caída de únicamente un 2,5%. En los resultados de enero, la compañía anunció que esperaba unos ingresos de entre 63.000 y 67.000 millones de dólares. Con su aviso, Apple no ha dado un nuevo rango sino que simplemente lo ha suprimido.
En el episodio de 2019 Apple pudo dar una revisión del resultado porque ya había finalizado el trimestre. En el actual, nos encontramos aproximadamente en la mitad, por lo que no se sabe qué pasará a lo largo de estas semanas. Con esto se evita volver a corregir la orientación del resultado si la situación se deteriora en el país. Lo cual hubiera puesto en duda la capacidad de gestión del equipo de Cook y compañía.
Apple ha anunciado que su intención es dar más información al respecto en abril. Si la situación fuera especialmente grave, podríamos esperar una actualización incluso a principios de ese mes, con el trimestre ya cerrado.