Han pasado casi dos meses desde la publicación de la historia bautizada como "The Big Hack" en la que Bloomberg aseguraba que Amazon, Apple y casi 30 empresas más habían recibido servidores hackeados en su fabricación en China. Dos meses en los que ninguna otra publicación ha podido contrastar las graves aseveraciones vertidas en el artículo, una práctica habitual en este tipo de reportajes.
Bloomberg Businessweek ha puesto en marcha un proceso de verificación de la historia. Su objetivo es recabar la "verdad" para transmitirla hacia arriba en la cadena de mando de la publicación. Así lo afirma Erik Wemple, un periodista especializado en el mundo del periodismo para el Washington Post.
Nota: el Post es propiedad de Jeff Bezos, actual CEO de Amazon, una de las dos empresas mencionadas por nombre en el reportaje de Bloomberg junto con Apple.
Un esfuerzo discreto por corroborar su historia
La historia de mis colegas del pasado mes (Super Micro) ha desencadenado una gran respuesta negativa. Me han pedido que me una al esfuerzo de investigación aquí [en Bloomberg] para investigarlo más a fondo y valoraría escuchar tu opinión (cualquiera que sea) y guía, mientras me oriento.
Así se dirigía Ben Elgin, reportero de Bloomberg, a un empleado de Apple el pasado 19 de noviembre por email. Otra persona consultada por Erik Wemple afirmó que Elgin se presentó como un reportero ajeno al equipo de investigación original, cuyo objetivo era llegar al fondo del asunto. En caso de que la historia fuera falsa, "mandaría el mensaje arriba hacia la jefatura".
El artículo del Washington Post continúa diciendo que Elgin contactó con Peter Ziatek, director senior de seguridad de la información de Apple, para preguntarle por un supuesto informe redactado por Ziatek sobre un hackeo de hardware a su compañía. Cuando el periodista del Post preguntó a Ziatek al respecto, afirmó que "jamás había escrito semejante documento ni tampoco había oído hablar de él".
Tras la publicación de la historia de Bloomberg, Apple llevó a cabo una investigación secundaria alrededor de las alegaciones vertidas en ella. Esa investigación interna incluyó una revisión exhaustiva de las comunicaciones de Ziatek que, según el propio Ziatek, no encontró ni rastro de ese supuesto informe redactado por él mismo.
A raíz de esta re-investigación hemos sabido gracias al artículo del Washington Post un detalle muy interesante. Al parecer, los autores del artículo original del hackeo a Apple y Amazon omitieron el testimonio realizado en agosto de una persona muy relevante. Se trata de Jesse Rosenzweig, co-fundador y CTO de Elemental Technologies, compañía adquirida por Amazon en 2015 y directamente involucrada en el supuesto hackeo:
Agradezco que te pongas en contacto. No tengo conocimiento alguno de servidores Supermicro modificados, y como co-fundador de Elemental que ha estado profundamente involucrado en cada aspecto del negocio, lo habría sabido. Esto simplemente no ha sucedido.
Esta fue la respuesta de Rosenzweig cuando le preguntaron acerca de la infiltración de la que supuestamente fue víctima su startup. Una negación completa como la realizada tanto por Amazon como por Apple, así como numerosas agencias de inteligencia del mundo.
Sin fotos del chip, documentos e informes que corroboren el reportaje
Tal vez, lo más llamativo de toda esta historia es que los reporteros de Bloomberg han sido incapaces de poner encima de la mesa ninguna prueba sustancial. Algo tangible. Como puede ser el supuesto chip espía de los servidores de Super Micro.
Las fotos que acompañaban al artículo representaban a un signal coupler o signal amplifier del tamaño de un grano de arroz. Pero no tienen nada que ver con lo argumentado en el reportaje. De hecho, una de las fuentes a las que consultaron acerca de la apariencia del chip espía envió uno de estos dispositivos. Pues bien, las fotos de Bloomberg muestran precisamente este chip como si se tratara del pequeño espía.
Además de carecer de imágenes reales o de contar con el propio chip espía, el artículo de Bloomberg también carece de copias de documentos internos, informes u otros materiales que sustancien las aseveraciones de la publicación. Nada.
Apple no parece dispuesta a dejar pasar por alto esta historia. El propio Tim Cook ya pidió al medio de comunicación su retractación pública un par de semanas después de su publicación. Y parece ir muy en serio, ya que la compañía no invitó a los periodistas habituales a su keynote del iPad Pro a finales de octubre.
Veremos en qué acaba este embrollo en el que parece haberse metido Bloomberg. Porque la historia sin hechos demostrables se convierte en ficción.
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