Con el rumor de que Apple está sopesando la apertura de funciones nativas a otros desarrolladores, son muchos los que han llegado a una conclusión: la compañía lo hace por temor a las investigaciones anti-monopolio. Este tipo de argumentos consideran que Apple es una compañía casi estática, un monolito cuyo avance se debe únicamente a presiones externas. Y dejan de lado la posibilidad de que añadir funciones nuevas estuviera inicialmente en sus planes.
iOS 8 como ejemplo de apertura
En la WWDC de 2014 se produjeron dos anuncios fundamentales con iOS 8. El primero era la posibilidad de instalar teclados de terceros. Hasta esta versión de iOS, los usuarios únicamente podían emplear el que venía de serie. En Android eran muy populares teclados como SwiftKey (adquirido por Microsoft 2 años después), que por fin pudieron hacer una versión para iOS.
La segunda y más importante aún, fue Extensibility. Una función para que los desarrolladores pudieran comunicarse con otras apps sin tener que pasar por encima de diferentes obstáculos. Entre sus mejoras se encontraban:
- Poder enviar contenido a otras apps con más opciones en el menú Compartir.
- Realizar una acción sobre un contenido seleccionado.
- La incorporación de widgets de terceros.
- Editar imágenes desde la app Fotos con herramientas de terceros sin salir de la app.
- Permitir a las apps acceder a servicios de almacenamiento de terceros, como Google Drive, Dropbox, etc.
Además de estas mejoras, nos encontramos con otra bastante significativa. Apple abrió con iOS 8 el uso de Touch ID más allá del desbloqueo del iPhone 5s y iPad, así como de la compra de apps y contenido en sus tiendas. Los desarrolladores pudieron utilizar el sistema de reconocimiento dactilar para acceder a sus servicios (en combinación con iCloud Keychain).
Estas mejoras eran muy necesarias para el avance de iOS. Pero Apple se tomó su tiempo para implementarlas con la seguridad y elegancia que le caracteriza.
Las prioridades de Apple
En el mundo de Apple, existe un complicado equilibrio que debe mantenerse. A lo largo de la historia, la compañía ha pasado por varias experiencias que le han hecho escarmentar a causa de los desarrolladores. Algunos de estos episodios los protagonizaron Microsoft y su suite ofimática así como el abandono del programa Premiere de Adobe de la plataforma Mac.
Estas situaciones revelaron la debilidad de la compañía al encontrarse en manos de un tercero. Tal vez por esto, para evitar que volviera a suceder, Apple acabó elaborando un listado de prioridades que John Gruber define de la siguiente manera:
Cuando Apple se encuentra en una encrucijada, decidirá en función de una lista de prioridades: primero está Apple, después los usuarios y por último los desarrolladores.
Aquí se encuentra la razón fundamental de que Apple tarde más tiempo en lanzar novedades de software. No significa que si algo es bueno para los desarrolladores no vaya a realizarse nunca. Significa que si añadir una función es bueno para ellos, deberán encontrar la forma de hacer que encaje con Apple primero y con los clientes después.
Así ocurrió con Extensibility y con tantas otras cosas más. Una función muy deseada por los desarrolladores pero que requería un trabajo por parte de la compañía bastante importante. Y en esa ecuación también debía entrar el cliente final. Así, podemos deducir que cualquier novedad debe proporcionar su función de forma segura (Apple), fácil de usar (usuario) y que aportase valor (desarrollador).
Navegadores, clientes de email y control nativo de Siri
Con el paso del tiempo, Apple ha ido añadiendo numerosas funciones que en un principio parecía que jamás llegarían. Además de los ya mencionados Extensibility y teclados de terceros, tenemos otros ejemplos como:
- Mapas y música de terceros en CarPlay.
- Gestores de contraseñas.
- Bloqueadores de publicidad.
- Bots / apps de Mensajes.
- Eliminación de apps de serie.
- Acceso a los datos de Salud.
- Editar o eliminar fotos desde otras apps.
- Integración de llamadas en Teléfono.
- Integración con Siri de algunas funciones.
- Enviar mensajes y hacer llamadas vía Siri.
Como es lógico, la compañía no puede proporcionar estos cambios desde el principio. Son el resultado de un aprendizaje del uso que se hace de sus equipos, un análisis de las posibilidades y los cambios del entorno competitivo. Apple añade mejoras a su software teniendo en cuenta la limitación de sus recursos y prioridades.
Ante la posibilidad de que podamos elegir qué app de correo y navegador queremos utilizar por defecto, no sería más que el resultado de esta evolución. Lo mismo ocurriría con el rumor de que Spotify y otros proveedores de música puedan utilizar Siri de forma nativa en el HomePod (ya lo podían hacer en el iPhone y iPad).
Un ejemplo del complicado equilibrio de prioridades es el uso de la localización en segundo plano. Con iOS 13, las apps que quisieran utilizar siempre la ubicación necesitaban que el usuario lo especificase en Ajustes y no desde la app. Además, recibían de forma regular un aviso de forma regular. La idea era dar a conocer al usuario aquellas apps que pudieran estar aprovechándose de la ubicación sin que lo supieran. Una forma de dar más transparencia y control al usuario.
Con iOS 13.4, Apple ha cambiado esto debido a las molestias que generaba a los usuarios y el perjuicio a los desarrolladores como Tile. A partir de esta versión, los usuarios podrán elegir "Siempre" cuando seleccionemos "Permitir mientras uso la app". Todo ello sin tener que acudir a Ajustes ni recibir molestos recordatorios.
La confusión entre integración vertical y monopolio
Como vemos, muchas de las funcionalidades que algunos pensaban que jamás veríamos en iOS y otros sistemas han acabado llegando. Si la compañía considera que pueden ser positivas, investiga la forma con la que integrarla teniendo en cuenta sus prioridades. Otras, en cambio, permanecen exclusivas.
if Apple allows default browsers and mail clients on iOS 14, you can bet it's related to increasing pressure from US and EU regulators. Also, I bet messaging (iMessage) is not included https://t.co/ogOwBhqkYZ
— Tom Warren (@tomwarren) February 20, 2020
Hace unas semanas hablamos de la integración vertical de Apple y cómo algunos la consideran consecuencia de algún tipo de monopolio. Bajo esta argumentación, Apple se estaría dando a sí misma una ventaja injusta a través de funciones a las que otros fabricantes no tienen acceso. Por tanto, que Apple impida el establecimiento de apps de terceros por defecto o el acceso nativo a Siri en el HomePod serían prácticas anticompetitivas.
Este razonamiento ignora que los modelos de negocio verticales existen desde siempre y son perfectamente legales. Atacar la integración vertical nos lleva a situaciones absurdas con otros productos. ¿Debería WhatsApp abrir su plataforma para que sus usuarios utilicen Apple Pay Cash, PayPal o Bizum además de su propia solución? ¿Por qué no puede Google poner sus anuncios en Facebook? ¿Por qué Spotify impide la reproducción de canciones de Apple Music en su app?
Trasladarlo a otros sectores fuera del tecnológico también genera preguntas ridículas. ¿Por qué no puedo pedir una hamburguesa de McDonald's en un restaurante de Burger King? ¿Debería Mercadona estar obligada a vender su marca Hacendado en otros supermercados? ¿Por qué las estaciones de Repsol no comercializan diesel de Cepsa?
Como es obvio, estamos ante lo que se llaman negocios de integración vertical. Su mera existencia no impide el desarrollo de otros negocios con modelos horizontales. Es decisión de las propias empresas el grado de apertura de sus productos y servicios.
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