Era la segunda vez que Apple ofrecía una keynote en el Apple Park desde su inauguración el año pasado, y nada más llegar, se notaba mucha más vida en el interior. Las paredes transparentes nos dejaban ver al personal de la compañía por los pasillos, y los prados exteriores ya lucían verde. El año pasado los autobuses que nos transportaban directo al Visitors Center, y ahora nos quedábamos muy cerca de la entrada principal del Apple Park.

La senda que sube al Steve Jobs Theater estaba acompañada de gente de Apple que nos animaba a subir al exterior del auditorio, donde se servía un desayuno ligero para prensa. Si habéis seguido los directos que he hecho en Instagram y YouTube, habréis dado un paseo conmigo por los alrededores que sirve un poco como la antesala y preparación para las sorpresas de la keynote.

Al comienzo de la presentación veíamos a un Tim Cook que nos adelantaba el contenido del evento: vamos a hablar únicamente de dispositivos iOS, perfecto para celebrar los dos mil millones de este tipo de dispositivos vendidos en todo el mundo. Quedará entonces para otro momento la presentación del iPad Pro sin marcos, o alguna actualización de la gama Mac. Sobre el HomePod, Cook comentó unas mejoras en el software que mejoran la calidad de sonido. No se ha hablado en la presentación de su aparición en España - por eso en mi vídeo resumen comento que no hay noticias sobre ello - pero una hora más tarde ya conocíamos por la web que el próximo 26 de Octubre por fin se podrá comprar en España.

Apple Watch Series 4, completamente reinventado

Comenzamos con las primeras impresiones sobre el nuevo Apple Watch Series 4, que como bien reza su descripción en la web de la compañía “te resultará familiar pero es completamente distinto” - y sin duda así es. En directo, el nuevo reloj de Apple destaca por una pantalla mayor con una envergadura que llega hasta los 44mm (de los 42mm de las ediciones anteriores), pero se ganan en el plano vertical más que en el horizontal, por lo que todas las correas y accesorios que tengáis serán compatibles con él.

En mano, es un reloj más ligero y que llama la atención por la pantalla que consigue reducir los bordes hasta la ondulación del cristal: se aprecia sobre todo en los fondos de pantalla y en las esferas que lo llenan, y da una apariencia futurista que va un poco más allá de lo que conocíamos. La nueva corona digital gana ahora feedback háptico: esto significa que al moverla en listas con desplazamiento, el reloj nos dará un “toque” en cada ítem para darnos la sensación ficticia de mover una rueda con muescas real.

La pantalla mantiene la misma calidad que ya conocíamos en el Series 3, pero al ganar en tamaño es mucho más espectacular. Otra de las novedades importantes es la mejora en sensores tan importantes como el giroscopio, el sensor cardíaco o los sensores para los electrocardiogramas. El detalle lo tendremos de revisarlo en profundidad, pero una prueba rápida con los dispositivos sí me ha dado la impresión de que son más rápidos - también ayudado por el nuevo chip S4 de 64Bits - y al parecer más precisos. Mención especial a la detección caídas y puesta de llamadas de emergencia: esto no he podido probarlo aún, pero la gente de Apple nos ha asegurado que funciona de forma muy precisa.

iPhone XS y iPhone XS Max

La gran estrella de esta presentación han sido los dos nuevos iPhone XS y iPhone XS Max que heredan la tecnología que utilizó el iPhone X para sentar las bases de las siguiente evoluciones: un diseño sin marcos y un procesador basado en inteligencia artificial local (todo se calcula en el dispositivo, y no en una nube fuera del teléfono), que este año además cuenta con un “hermano mayor” al que Apple ha decidido llamar “Max” - y no es casualidad que no hayan empleado el apellido Plus: estos dos teléfonos sólo se diferencian por el tamaño de pantalla. Ni la capacidad de almacenamiento, ni las características hardware difieren entre ellos (ambos cuentan de forma idéntica incluso con las mismas cámaras). Son por lo tanto dos gemelos, sólo que uno con más tamaño de pantalla que el otro.

El aumento de la pantalla del Max no es incómoda en la mano. De hecho, os resultará muy familiar a los poseedores de un modelo Plus de cualquier generación porque es la misma envergadura, sólo que ahora todo es pantalla de borde a borde. Esto hace que se pueda conseguir una espectacular pantalla de 6,5” (una pulgada más que el Plus de otras generaciones con el mismo tamaño de dispositivo). Como digo, cómodo en mano, no desliza y la nueva pantalla luce realmente enorme lo que ofrece un campo de visión espectacular para juegos y aplicaciones. Los vídeos y fotografías permiten ver más los detalles de cada una de ellas, y las interfaces preparadas para trabajar en modo horizontal (como Mail) ahora dan mucho más juego. Si os gustaban los modelos Plus, sin duda los Max de esta generación os van a encantar.

Por dentro, todo un compendio de tecnología, desde la fabricación de las placas base es un material más fácilmente recicable que el plástico, la compatibilidad con IP68 para poder sumergir el teléfono hasta dos metros y medio, o el cristal ultraresistente de la pantalla y la parte trasera. Pero sin duda, donde el teléfono destaca en las demos es al utilizar el nuevo A12 Bionic, un monstruo de proceso que alcanza los cinco trillones de operaciones por segundo, compuesto por una CPU y una GPU de 6 y 4 núcleos respectivamente. El procesador de Machine Learning cuenta con ocho núcleos de proceso, y en conjunto, la potencia empieza a poner en evidencia no sólo a los procesadores de las demás compañías, también incluso a algunos procesadores de escritorio.

En las demos, los juegos lucen de forma absolutamente increíble con gráficos que - como nos han recordado en las demos de la keynote - se acercan mucho a consolas de sobremesa. El juego de Bethesda, Blades, es ciertamente un anticipo del futuro de lo que nos puede ofrecer el A12: rol en primera persona con efectos gráficos de iluminación sorprendentes para un dispositivo de bolsillo. Y la potencia no se nota sólo aquí: la soltura de la interfaz de iOS 12 en este nuevo hardware hace comodísima la navegación por gestos y la apertura de las apps es prácticamente instantánea. También ayuda a que Face ID sea todavía mejor utilizando la misma barra de sensores (o notch, como lo conocemos) de la generación anterior: se han mejorado los algoritmos de detección facial y la identificación es todavía más instantánea que en un iPhone X.

iPhone XR, un iPhone diferente que no renuncia a nada

Como sorpresa, hemos contado con la llegada del iPhone XR, un teléfono que recuerda en posición a la que ocupaba el iPhone 5c, pero va mucho más allá del concepto que nos proponía la compañía en aquel año: ya no hablamos de plástico para la carcasa trasera, contamos con los mismos materiales y construcción de los iPhone XS pero la pantalla es un poco más grande que el modelo XS, llegando a los 6,1” (respecto a las 5,8” del XS). La envergadura un poco más grande no se nota en la mano, aunque la separación de la pantalla con los bordes es mayor. Es muy cómodo y ese toque “diferente” del modelo conocido como iPhone X le aporta un extra muy atractivo.

En directo este nuevo teléfono es el más espectacular a primera vista yo diría de los tres: se ayuda por el hecho de contar con seis colores distintos y una continuidad de la parte posterior que llega hasta la pantalla. Le da en mano un toque más “deportivo” pero no deja de perder jamás el aspecto premium que destilan los componentes de construcción. La pantalla no es OLED respecto al XD, pero Apple nos tenía preparado una nueva pantalla Liquid Retina que según la compañía es la mejor LCD recién fabricada. A primeras vistas no se ha apreciado diferencias apreciables, aunque la inmensa sala de pruebas no era el mejor lugar para revisar la profundidad de los negros o la diferencia con la pantalla HDR, que detallaremos en nuestro análisis. Aún así, una buena noticia y muy buen trabajo al conseguir una pantalla LCD con esta calidad.

La cámara no cuenta con lentes duales en el modelo XR, pero al apoyar parte de la traducción de la imagen en el aprendizaje del motor neuronal del A12 (que incluye exactamente el mismo que los XS) permite que podamos tener también el control de profundidad que el procesador se encarga de gestionar, logrando efectos por ejemplo de Bokeh muy impresionantes para un móvil. Lo he podido probar en la zona de demostración y funciona de forma realmente suave y completamente en tiempo real también en el XR. Este XR sin duda será un modelo muy llamativo orientado sobre todo a la gente que no necesita todas las características extra del XS, pero que no quiere renunciar a su potencia, ya que cuenta con el mismo procesador. Los colores y ese toque diferencial del diseño lo convertirán en uno de los modelos más populares de este año.

En Applesfera

Resaca post-keynote: qué significa todo lo presentado ayer por Apple