Es una de las mujeres más solventes del planeta. Su riqueza se estima en 25.000 millones de euros. Curiosamente, a Laurene Powell Jobs le da igual el dinero. Se casó con Steve Jobs en 1991, pero entonces ya era una figura acomodada en lo pecuniario y muy relevante en el circuito intelectual.
Nacida en 1963 en West Milford (Nueva Jersey), Powell se licenció en Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Pensilvania y nada más terminar el Master ya trabajaba en Wall Street para Goldman Sachs. Cofundó la empresa de alimentación Terravera, fundó la iniciativa College Track y viajó por toda Norteamérica dando charlas y simposios.
Las causas humanitarias de Laurene Powell Jobs
Y en una de estas charlas públicas, en una conferencia en 1989 en Stanford, se sentó al lado de un hombre sereno al que no conocía. Entablaron conversación hasta que él tuvo que salir al escenario. Era Steve Jobs, ponente invitado. No tardaron en enamorarse y apenas dos años después nacería su primera hija en común.
Y así, justos hasta los últimos días de Steve Jobs en 2011. Su fallecimiento hizo que Laurene heredara el Steven P. Jobs Trust. Este fondo, por aquel entonces, poseía casi 40 millones de acciones de Apple y el 7,3% de la Walt Disney Company, acciones valoradas en 10.000 millones de dólares. ¿Y qué haces con tantísimo dinero? Ella daba charlas. Es aquí donde comienza un nuevo proyecto filantrópico a una idea para rentabilizar una herencia tan vasta.
Cuando heredó aquella fortuna, Laurene lo tuvo claro: filantropía. Invertir, donar y ayudar. "No me interesa construir sobre el legado de una herencia". Como ya hizo con el College Track, su apuesta era continuar un relato propio, sin recurrir a un solo dolar de su difundo marido. "Si vivo lo suficiente, esa herencia se terminará conmigo”, llegaría a decir en una entrevista donde estima donar 3.500 millones de dólares durante la próxima década.
De todos los proyectos benéficos en los que está implicada destacan el Emerson Collective y el Waverley Street Foundation. El primero está focalizado en un sistema de becas educativas para colectivos en riesgo de exclusión. El segundo se focaliza en paliar y minimizar las causas del cambio climático sobre colectivos desfavorecidos, fomentando la preservación de espacios naturales e invirtiendo en educación e investigación. De hecho, Laurene es miembro activo del Climate Leadership Council.
Tal y como recuerda en su entrevista para The New York Times, "heredé mi riqueza de mi esposo, a quien no le importaba acumularla. Hago esto en honor a su trabajo y he dedicado mi vida a hacer todo lo posible para distribuirlo de manera efectiva, ayudando a las personas y las comunidades de manera sostenible". Una de las cincuenta mujeres más ricas del planeta quiere dejar de serlo por las razones correctas.
Portada | Flickr, original de UNclimatechange.
Una versión más antigua de este artículo fue originalmente publicada el 08/08/2023.
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