"Todo proyecto necesita una crisis". Norman Foster revela conversaciones inéditas con Steve Jobs sobre el diseño del Apple Park

El arquitecto que está detrás del diseño del Apple Park revela cuál fue el momento clave para, junto a Steve Jobs, acabar definiendo la idea del "anillo"

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La actual sede de Apple en Cupertino, el Apple Park, se ha convertido en una seña de identidad de Silicon Valley. Está considerada ya no como una de las sedes de empresas más modernas e icónicas, sino que en general ofrece uno de los edificios más destacados del planeta, destacando incluso edificios paralelos como el Steve Jobs Theater, galardonado en 2018 por su asombrosa estructura.

Este edificio lleva el sello de Norman Foster, el prestigioso arquitecto británico que firmó también el diseño de otros lugares icónicos como el londinense 30 St Mary Axe o el Viaducto de Millau en Francia. Y ha sido recientemente cuando Foster ha decidido revelar un momento crucial en el diseño del Apple Park y que compartió con Steve Jobs, pieza fundamental para que la nueva sede de Apple pudiese ser una realidad.

Una gran idea… sin ningún diseño en mente

Tras pasarse gran parte de su historia en la también icónica Infinite Loop, Steve Jobs creía en 2006 que Apple necesitaba una nueva sede. Por ello, bajo su mandato Apple adquirió unas tierras en Cupertino por alrededor de 160 millones de dólares. Precisamente en esos terrenos había estado la sede de Hewlett-Packard, compañía para la que Jobs había estado trabajando en prácticas cuando era joven. No parecía casualidad.

La idea de Steve Jobs, como con los productos de la compañía que dirigía, era la de crear algo grande en todos los sentidos. Debía ser un edificio de gran extensión, con los últimos avances tecnológicos, eficiente energéticamente, funcional y, sobre todo, diferente a cualquier otro edificio del planeta. Ya sabes, think different.

Dado que los genios atraen a otros genios, Jobs fue en busca de Norman Foster, a quien no tardaría en convencer para que fuese el encargado de diseñar el que a la postre sería el Apple Park. Eso sí, ni Jobs, ni Foster tenían ni idea de cómo debía ser el nuevo edificio. Muchas ideas, pero ninguna concreta que sedujese a las dos partes. Especialmente a Jobs, quien ya sabemos que no era precisamente un tipo fácil de persuadir. Más bien es legendaria ya su cabezonería para llevarse a otros a su terreno.

La alargada crisis que acabó convirtiéndose en El Anillo

Planos Planos del proyecto final del Apple Park (Imagen: Forgemind ArchiMedia en Flickr)

Norman Foster ha sido el último invitado del podcast Life in Seven Songs, concediendo una entrevista en la que, entre otros trabajos, destacó la dificultad que encontró junto a Jobs en la creación del Apple Park. De hecho, aunque no lo menciona explicitamente, el proyecto llegó a peligrar. O al menos a generar muchas dudas.

Había pasado ya más de medio año desde que Foster y Jobs habían acordado trabajar juntos. El proyecto estaba como tal iniciado, aunque aún no había ni unas bases sobre las que trabajar. Se habían visto inmersos en una crisis creativa, algo habitual incluso para mentes prodigiosas como la que tenían estos dos hombres.

Tras no conseguir avanzar en sus ideas, asumieron ambos que se encontraban en esa situación. Steve Jobs, lejos de rendirse, soltó una frase que rememoró Foster en el citado podcast: "Todo proyecto necesita una crisis y tenemos que aprovecharla". Fue la forma del CEO de Apple de dejar en evidencia que las mejores ideas surgen en los peores momentos. Y vaya si en este caso resultó.

Según explicaba Foster, no tardaron demasiado tras aquello en dar con lo que finalmente sería el Apple Park. Las ideas empezaron a girar en torno a un diseño circular con un gran espacio verde como paisaje exterior e interior, "recreando el paisaje de California", contaba el arquitecto.

No es un simple elemento bonito, también un lugar inspirador

Apple Park Una de las fotografías más impresionantes del Apple Park (Imagen: Carles Rabada en Unsplash)

En esa idea de crear un edificio histórico, tanto Norman Foster como Steve Jobs tenían claro que no era sólo una cuestión de estética. "Todo debe integrarse", comentaba Foster ejemplificando el asunto de una forma magistral:

"Si un paciente se recupera de una cirugía y está en una habitación con buenas vistas en lugar de estar en frente de una pared, el paciente saldrá del hospital antes."

Esta definición se hacía análoga a la hora de hablar de cómo se sentirían los trabajadores en el Apple Park. Tanto él como Jobs sabían que todos los que acogiese el Apple Park se verían mucho más inspirados con un entorno como ese, desde los ingenieros hasta el personal de limpieza.

El resto es historia. Steve Jobs acabó presentando el proyecto al Ayuntamiento de Cupertino en el año 2011, se aprobó a los pocos meses y la construcción comenzó a finales de 2013. Así, 5.000 millones de dólares después, El Anillo abrió sus puertas en abril de 2017 para recibir a los primeros empleados de Apple. Y pese a que pueda parecernos mucho, levantar semejante estructura en apenas tres años y medio es toda una proeza.

Imagen de portada | Montaje con fotografías de Wikimedia Commons (1, 2 y 3)

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