Karl Lagerfeld está considerado como uno de los grandes diseñadores de nuestro tiempo. Aunque falleció en 2019, ha dejado multitud de anécdotas sobre su vida. Hay una en especial que nos llama mucho la atención. Y es que Lagerfeld llegó a tener hasta 310 iPod distintos. Una cantidad enorme del dispositivo de Apple que debe tener algún motivo detrás.
Usar iPods como si de cintas de cassette se trataran
El espíritu del iPod sigue presente en el ADN de muchos productos de Apple, por lo que esta anécdota es de lo más relevante ahora si cabe. En la conocida casa de subastas Sotheby's se pusieron a la venta a comienzos de mayo una colección de objetos pertenecientes a Karl Lagerfeld y conocida como Estate III. En ella nos encontramos muebles, colecciones y diversos elementos de la vida del genio de la moda. Y ahí se encuentran los 310 iPods. Divididos en cinco lotes, cada uno viene detallado como se ve a continuación:
- Lote 40, con 50 iPod nano de séptima generación. Precio estimado en 3.000 y 5.000 euros.
- Lote 41, con 50 iPod nano de séptima generación. Precio estimado en 3.000 y 5.000 euros.
- Lote 42, con 50 iPod nano de séptima generación. Precio estimado en 3.000 y 5.000 euros.
- Lote 43, con 80 iPod nano de séptima generación. Precio sexta en 3.000 y 5.000 euros.
- Lote 44, con 80 iPod nano de séptima generación. Precio estimado en 3.000 y 5.000 euros.
Tres de estos lotes se han vendido entre los 3.000 y 4.000 euros, como estaba previsto. Cada uno de ellos tiene una pequeña pegatina redonda y de color con una inscripción en su interior. En un principio, puede parecer que se trata de un sistema de inventario de la casa de subastas. Pero una mirada más en detalle arroja anotaciones del propio Lagerfeld con fechas como el 1 de julio de 2015, posibles viajes como uno a Roma en noviembre de 2013 o nombres de artistas como "Callas I", una más que posible referencia a la famosísima cantante Maria Callas.
A juzgar por estas inscripciones, vemos claramente el porqué de poseer tantísimos iPod. Y no es otra que la de tener música ya preparada en multitud de dispositivos, sin necesidad de detenerse a sincronizar un iPod con la biblioteca de un ordenador o Mac. Igual que las cintas de un Walkman de Sony. Karl Lagerfeld prefería organizar su biblioteca musical en función de los iPod que poseía, en vez de tener que conectar y sincronizar un único iPod.
Solo una biblioteca musical considerable puede justificar este método. Ambos modelos de iPod contaban con 8 o 16GB de espacio de almacenamiento, insuficientes a nada que se tenga una colección más o menos ambiciosa. Lagerfeld no sería el tipo de persona que sincronizaría sus iPod, sino que tendría a una persona que se encargaría de ello, entre otras tareas. Es más sencillo tenerlos listos y preparados para tomarlos cuando los necesitas. Como si fuera una cinta de cassette.
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