No es oro todo lo que reluce y menos cuando se viste a precio de arena. Es lo que sucede con muchos de los iPhone que se venden en portales como en Aliexpress. El youtuber mexicano Víctor Caballero se está convirtiendo en todo un experto en encontrar y desmontar timos relacionados con iPhone. En un vídeo para su canal desmontó uno de los más grotescos.
Hace no mucho veíamos un caso similar de este mismo creador de contenido. En aquel caso compró un solo iPhone a un precio de alrededor de los 16.000 pesos mexicanos y resultó en que le llegaron dos. Eran clones que, aunque muy imperfectos, fueron funcionales. En el caso que vemos ahora compró dos a propósito y, en palabras del propio Víctor, "son mucho peor que un clon".
Ya olía mal, pero fue tenerlos en mano y confirmarlo
Víctor Caballero ya compra iPhone en Aliexpress a sabiendas de que en muchos casos se encontrará con un clon o una estafa. Sin embargo, sirve como muestra para todos aquellos que están convencidos de haber encontrado una ganga. El ya comentado caso anterior ofrecía un precio que, aunque más bajo que un iPhone, tampoco hacía sospechar nada por rondar los 900 euros al cambio. En el que nos concentramos ahora, ya hay indicios de estafa nada más ver el precio.
Un flamante iPhone 15 Pro Max a 1.200 pesos mexicanos más el envío que sitúa el precio total en unos 1.300 pesos mexicanos (unos 70 euros al cambio). Ya pinta mal, como decíamos, aunque en la descripción no se habla en ningún momento de que sea un clon, ni nada similar. Se vende tal cual como si fuese un iPhone, por lo que al fin y al cabo podría caer algún incauto que, ante el desconocimiento de las estafas, crea estar ante la oferta de su vida. El youtuber compró dos unidades.
Al final le acabaron llegando los dos iPhone y en ambos casos con un embalaje deficiente, pero con una presunta caja original. Caballero no entró a analizar los detalles de las cajas y aunque previsiblemente no parecen ser exactamente iguales que las de Apple, podrían dar el pego. Al abrir la caja, ya no resultó tan así. Venía con las presuntas guías de uso y el clásico pincho para sacar la bandeja de la SIM, aunque no con un cable de carga.
En el primero de estos iPhone 15 Pro Max ya se destacaba algo: no tenía el famoso botón de acción si no un inútil conmutador como los que traen aún los iPhone 15 y 15 Plus y que en toda la historia hemos ido viendo en los móviles de Apple. Y lo de inútil no es por desprestigiar este icónico elemento, sino porque literalmente era inútil. Caballero trataba de accionarlo, pero ni haciendo fuerza logró moverlo. Parecía más un pegote (y de hecho lo era) que un conmutador funcional.
A efectos de diseño también había evidentes fallos. El creador explica que al tacto se siente muy extraño, con laterales irregulares e incidiendo en cómo la textura de la parte trasera se siente de plástico. Incluso en el módulo de cámaras se nota una leve rotura. Nada de materiales premium como el titanio del que tanto presume Apple en sus iPhone originales.
Llega el momento de probar a cargarlo, encenderlo y…
El puerto inferior a simple vista se veía ya extraño, por lo que Víctor Caballero decidió tirar de cable y probar a conectarlo. Notó como le costaba introducirlo en el puerto y dudó acerca de si realmente llevaba USB-C como debería ser o si por el contrario era Lightning. Al final, ninguno de los dos porque el puerto era sólo una cavidad vacía que no conducía a ningún sitio.
Al momento de encenderlo, nueva sorpresa: no encendía. Al final le dio por desmontarlo y llegó la sospresa definitiva: no era ni siquiera un clon, sino una maqueta mal hecha. En su interior no sólo no había batería, es que tampoco había circuitos ni nada que se le parezca ya no a un iPhone, sino a cualquier smartphone. Todo era plástico, incluso las cámaras. Eso sí, aderezado con una placa metálica para que pesase algo más.
Con el segundo iPhone ocurrió prácticamente lo mismo. En su caso ya se notaba extraño empezando por el hecho de que ni siquiera tennía plasmado el logo de Apple en la trasera. En su caso sí contaba con un botón de acción y otros que parecían funcionales, aunque igual de inútiles que en el anterior. Al final estaba ante una nueva maqueta que, si al menos hubiese sido consistente, podría haber servido como elemento decorativo. Pero ni eso.
Al final, como decíamos ya en el inicio, este creador de contenido enfoca algunos de sus vídeos en este tipo de estafas. Porque sí, aunque se huelan a distancia, son estafas. Lo son desde el mismo momento en que se exponen como dispositivos genuinos y al final no son tal. Incluso si hubiesen llegado a ser clones, hubiesen sido interesantes, pero no fue el caso en absoluto.
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