El que era hasta hace tan solo unas horas CEO de Intel, el mayor fabricante de circuitos integrados del mundo, se ha despedido de la compañía para la que ha servido durante cuarenta años con un único pesar: no haber seguido su instinto cuando surgió la posibilidad de trabajar con Apple para hacer el procesador del iPhone original. Paul Otellini, desvela ahora en una entrevista para The Atlantic cómo dejaron pasar esa oportunidad de oro.
"Hay que recordar que esto ocurrió antes de que el iPhone estuviera en el mercado, nadie sabía en ese momento en qué se convertiría el producto de Apple. Lo único en lo que pensamos es que ellos estaban interesados en un chip y por el que querían pagar un precio determinado, ni un céntimo más, y ese precio estaba por debajo de nuestras previsiones de costes. No pude verlo venir. No era algo que esperásemos poder compensar a través de su volumen de producción. En retrospectiva, el coste previsto estaba mal y el volumen fue 100 veces superior a lo que cualquiera previó."
Alexis Madrigal de The Atlantic señala "Fue el único momento en que noté pesar en la voz de Otellini durante las varias horas de conversación que tuve con él."
"La lección que aprendí es que al margen de manejar tantos datos, a veces hay que dejarse llevar por el instinto, como hice en futuras ocasiones. Mi instinto [en aquella ocasión] me dijo que sí", Paul Otellini
Por supuesto, en aquel momento Intel estaba completamente volcada en la arquitectura x86 y ningún procesador de este tipo habría encajado en un iPhone (algo que no ha cambiado demasiado ahora). Como comenta Ben Thompson (antiguo trabajador de Apple actualmente en nómina en Microsoft), el problema al que se enfrentó Otellini no fue únicamente de coste, sino de filosofía.
Intel se veía a si mismos como una compañía de diseño de chips, y eso significaba centrar su atención en x86, la arquitectura ISA inventada por ellos. ARM era una tecnología licenciada, y eso no cuadraba con la imagen de si mismos que Intel tenía (procediendo a vender XScale en 2006).
XScale fue una tecnología de Intel que implementaba la quinta generación de la arquitectura ARM en sus propios procesadores, algo que sí habría sido perfecto para el iPhone y que habría colocado a Intel en una situación privilegiada como proveedor de chips tras la explosión del mercado de los teléfonos inteligentes y tablets que siguió al éxito del teléfono de Apple y el no menos espectacular ascenso del iPad.
Algo me dice que esto no volvería a pasar y los fabricantes han tomado buena nota de que con Apple hay que tirarse a la piscina sin pensárselo dos veces.
Vía | Xataka
Ver 33 comentarios