Imagina que te roban tu coche. Da igual que sea de lujo o no, es una de las peores cosas que te pueden pasar. Bien... pues en la historia de hoy no sucede solo una vez, sino dos veces. Además, un coche que fácilmente llega a costar más de 150.000 dólares.
Hace muy poco tratamos sobre otro robo de un Ferrari. Una historia increíble que te recomendamos leer, ya que el ladrón tuvo muy mala suerte, en favor del dueño del coche, claro. Aquí, quien tuvo doble ración de mala suerte fue el propietario de un Range Rover.
Le robaron el coche el primer día y lanzaron su iPhone por la ventana
Nos situamos en Ontario, una de las principales ciudades de Canadá. Nuestro protagonista, tras mucho esfuerzo y trabajo, decidió comprarse un Range Rover. Un coche familiar con el que poder llevar a sus hijos al colegio, resistir la nieve y el frío de la ciudad... Para proteger el coche, contrató un buen seguro y la mejor cobertura antirrobo de Range Rover.
Al día siguiente de llegar con el coche nuevo a casa, la empresa de seguridad instaló en su casa cámaras de seguridad e incluso una caja de Faraday. Esta caja sirve para evitar que los delincuentes copien la señal que emite la llave del coche y, por lo tanto, duplicarla para poder acceder a él.
Sin embargo, a los pocos minutos de que los empleados abandonaran su casa, le robaron el coche a plena luz del día. Los ladrones pudieron desactivar el rastreador del coche, el cual publicitaba el propio fabricante para evitar este tipo de sucesos. Además, los ladrones tiraron por la ventana los teléfonos que había dentro del coche y la cartera, por lo que sabían bien que se les podía localizar a través de aplicaciones como "Buscar" del iPhone. Para su desgracia, el Range Rover nunca fue encontrado ni recuperado.
Al mes de comprar un nuevo coche, le roban de nuevo. Pero esta vez estaba preparado
Pese al disgusto de que le hubiesen robado el coche, este padre decidió volver a comprarse otro, de hecho, el mismo modelo. Eso sí, ya no se fiaría tanto de las características de seguridad de la marca. Y precisamente por la (mala) experiencia, colocó tres AirTags repartidos y ocultos por el coche:
- Un AirTag en la rueda de repuesto del maletero
- Otro AirTag en la guantera
- Y un tercer AirTag bajo el asiento trasero
De esta forma, aunque los ladrones encontrasen uno, habría otros dos para poder localizarlo. Además, en un país como Canadá, la tasa de usuarios de iPhone es muy alta, por lo que tardaría pocos minutos en encontrar uno de estos AirTags la señal para localizar el coche.
Tras colocar los AirTags, entró en casa y se fue a dormir. A la mañana siguiente, sus hijos le despertaron con gritos: "¡Papá, papá, tu coche no está!" De inmediato entró en su iPhone y localizó los tres AirTags en un instante. El coche estaba en una planta de reciclaje de metal. Tras llevar a sus hijos al colegio, fue en busca de su coche mientras llamaba a la policía. No consiguió contactar con ninguno, por lo que cambió su ruta para ir primero a una comisaría.
Range Rover recuperado junto a otros vehículos robados
Allí detalló toda la historia y mostró a los agentes dónde estaba el coche robado. Al dirigirse a la planta hizo sonar los AirTags y allí estaba su coche, junto con otros nueve más robados. Un final mucho más feliz que en el primer robo.
El caso de este padre de Ontario es muy particular. No solo porque le robaron el coche una vez, sino dos veces. Afortunadamente, tomó la decisión correcta y, con un pack de cuatro AirTags de poco más de 100 dólares, pudo salvar otra pérdida de miles. Por lo que, si tienes coche, moto, o incluso una mochila, un AirTag se puede convertir en todo un salvavidas.
Fuente | CTV News
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