El iPhone cambió la industria de la telefonía móvil para siempre, no hay duda de eso. Y fue el primer teléfono realmente inteligente que se vendió, sentando las bases para toda la competencia. Pero no fue ni mucho menos el primer teléfono de Steve Jobs. Ni siquiera el segundo, si contamos el Motorola ROKR que se integraba con iTunes. Hay otro teléfono que vino mucho antes.
Blue Box, el teléfono que puso en guardia a una industria global
El teléfono que puede presumir de ser el primero vendido por Steve Jobs (e ideado por Steve Wozniak) es el Blue Box y puedes verlo en la imagen de cabecera. En su época, estos Blue Box permitían hacer llamadas telefónicas de larga distancia completamente gratis. Porque sí, hace algunas décadas llamar a alguien que estaba lejos podía costar un dineral.
Steve Jobs lo explicaba en esta entrevista que puedes ver de la mano de la Asociación Histórica de Silicon Valley: cuando hacías una llamada de larga distancia podías escuchar una serie de pitidos de los ordenadores de las operadoras que establecían esa llamada. Lo que hacía la Blue Box era simular que era uno de esos ordenadores y no el teléfono del consumidor final, liberándose de todos los gastos.
Por supuesto, era un modo ilegal de poder hacer estas llamadas que puso a las operadoras en guardia. Pero fue el invento que fascinó a Steve Jobs: "un aparato de 100 dólares creado por dos adolescentes podía poner en riesgo centenares de millones de dólares" que movía la industria telefónica global en ese momento. "Las experiencias como esta nos enseñaron el poder de las ideas".
Fue un teléfono pirata, pero fue un teléfono al fin y al cabo. Las comunicaciones instantáneas de las que disfrutamos ahora mismo hacen de la Blue Box un producto obsoleto pero digno de estar en un museo. Por mucho que lo odien los de AT&T.
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