A menudo se dice que Steve Jobs, cofundador de Apple, fue todo un visionario, aunque se le añade tal adjetivo por lanzamientos como el del iPod en 2001 y su revolución de la industria musical o el del iPhone en 2007 con la redefinición de lo que es un smartphone. Sin embargo, hay elementos que le hacen ser aún más visionario. Literalmente un visionario.
Steve Jobs Archive, que es como se llama el proyecto sin ánimo de lucro fundado por la viuda de Jobs, Laurene Powell, lanza a menudo piezas inéditas del mítico CEO de Apple o que sencillamente no estaban disponibles ya. En la última nos encontramos un discurso de Jobs en el que, sorprendentemente, definía ya la IA mucho antes de su explosión.
"La gente pasará horas interactuando con los ordenadores"
Decir que la inteligencia artificial se inventó hace poco es errar. Técnicamente son una serie de algoritmos que llevan décadas presentes en multitud de sistemas, aunque cierto es que la explosión de la conocida como IA generativa data realmente de los últimos 2-3 años, impulsada especialmente por OpenAI y el fenómeno ChatGPT.
Y mientras que en Apple tienen ya listas las primeras betas de su nueva inteligencia artificial, conocida como Apple Intelligence, Steve Jobs ya predijo estos modelos modernos en junio de 1983. Fue en el marco de la International Design Conference de Aspen, un evento anual que se estuvo celebrando durante casi 60 años y en el que se discutía sobre diseño.
Steve Jobs, con apenas 28 años de edad, fue ponente en aquel foro con la excusa de hablar del a la postre malogrado Apple Lisa. Jobs quiso centrar parte de su discurso hacia la importancia de la informática en el futuro con frases que, conociendo hoy los modelos de IA generativa, eran toda una profecía:
"La gente pasará dos o tres horas al día interactuando con estas máquinas. Nuestro objetivo es que dentro de tres o cuatro años la gente esté usando estas cosas y piense '¿esto no fue siempre así?'."
"Tal vez no obtengamos la respuesta correcta. O tal vez sí"
Aquella puede ser la definición perfecta de los modelos de lenguaje avanzados como ChatGPT o Gemini. Modelos que utilizamos ya a modo de consultorio para responder nuestras dudas y que, pese a estar muy bien entrenados y dar buenas respuestas por norma general, también pueden fallar. Sin embargo, no es una definición que alguien le haya dado a estas IAs. Lo dijo Steve Jobs en aquel 1983.
"Si ponemos la mirada en los próximos 50 y 100 años, si realmente podemos crear estas máquinas que puedan capturar un espíritu, un conjunto de principios o una forma de ver el mundo, será cuando llegue el próximo Aristóteles. Tal vez si lleva consigo una de estas máquinas toda su vida, y escribe todas estas cosas, entonces tal vez algún día, después de que la persona haya muerto, podamos preguntarle a esta máquina: 'Oye. , ¿qué habría dicho Aristóteles? ¿Qué pasa con esto?' Y tal vez no obtengamos la respuesta correcta. Pero tal vez sí. Y eso es realmente emocionante para mí, y esa es una de las razones por las que hago lo que hago."
"Queremos comprender qué es la autoconciencia"
Jobs también tuvo palabras para referirse estrictamente a la inteligencia artificial, porque insistimos en que ya existía por aquella época. Sin embargo, dejó frases aún más llamativas para aquellos tiempos, hablando de elementos como la autoconciencia aplicada a las máquinas.
"Se está realizando una enorme cantidad de trabajo en el área de inteligencia artificial para tratar de comprender qué es la autoconciencia y para tratar de comprender si un ordenador puede alguna vez ser consciente de sí mismo […] Mucha gente está dedicando los mejores momentos de sus vidas a intentar comprender la arquitectura del cerebro y cómo podemos fabricar máquinas cada vez mejores para emularla. Y de hecho creo que, al final de nuestras vidas, sabremos la respuesta a esta pregunta. Y eso es lo que nos motiva a muchos de nosotros."
Por tanto, estas palabras dejan claro que, aunque los resultados nunca fueron tan satisfactorios como ahora, grandes tecnológicas como Apple llevan décadas trabajando en este área. Lógicamente queda aún mucho camino por recorrer, aunque sigue siendo igual de emocionante con sólo pensar que lo visto hasta ahora es la punta del iceberg.
Imágenes | Steve Jobs Archive
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