El packaging y la presentación de productos en Apple siempre han sido muy importantes, ya que son claves a la percepción general que tenemos de la marca y de sus productos. El packaging elegante y sofisticado de Apple refleja la atención al detalle y la calidad de sus productos, al mismo tiempo que nos los presenta creando una primera impresión que, sin duda, dura.
El packaging de Apple, además, ha de ser funcional. De un tiempo a esta parte se están reduciendo los tamaños, también se han eliminado los plásticos y, con todo, Apple sigue presentando unos envoltorios realmente muy bonitos. Los de antaño, pero, eran totalmente icónicos.
Pequeños trocitos de historia
Ejemplos de envoltorios y paquetes realmente dignos de mención hay varios. Uno de ellos es el de iWork, que evolucionó con el tiempo para adaptarse cada vez más al diseño del momento hasta que desapareció por completo. Atrás, pues, quedan los años en los que podíamos comprar Pages, Numbers y Keynote en un formato físico, por lo que estas pequeñas cápsulas del tiempo se han vuelto realmente codiciadas.
Lo mismo pasa con el estuche del iPod original. Una presentación en una especie de caja doble que abríamos por la mitad para descubrir nuestro nuevo reproductor en su interior. El iPod era un producto muy distinto a los reproductores MP3 de la época, y la caja en la que se entregaba el producto gritaba exclusividad y diseño por los cuatro costados.
En la misma situación estaba el envoltorio del primer Apple TV, el original. Una caja que se abría como un libro para mostrarnos un —según los estándares de hoy, gigantesco— Apple TV en color plateado y un Siri Remote en color blanco. Un Apple TV que posteriormente encogió sus medidas y también las de su envoltorio.
Por último, pero no menos importante, hemos de mencionar las cajas en las que se entregaban los sistemas operativos para Mac hasta que se pasó a las descargas a través de internet. Siempre con una gran X que marcaba el lugar, digo el 10. Una X que tomaba diferentes diseños en función del sistema operativo, y en la que podemos ver la evolución tanto tipográfica como de apariencia diferentes versiones.
En su momento Steve Jobs tenía un equipo exclusivamente dedicado a abrir cajas todo el día, pues estas eran herramientas de marketing en su momento. Herramientas para comunicar qué íbamos a encontrar una vez abriéramos la caja y para fijar una buena primera impresión. Herramientas que ahora se han convertido en todo un mundo para coleccionistas, pues en una pequeña caja contienen un gran trozo de historia de la compañía de Cupertino.
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