El teletrabajo no se ha originado después de la pandemia del COVID. Es un concepto que lleva décadas con nosotros y que ha protagonizado experimentos en las compañías para aumentar la productividad de los empleados, sólo que durante los últimos años ha cogido mucha más importancia para los trabajadores.
Y sí, Apple también ha buscado cómo adaptar el teletrabajo a su filosofía. Ya por la época de Steve Jobs se hablaba de cómo iba a cambiar las vidas de los empleados de Apple, aunque Tim Cook ha puesto medidas más estrictas que han provocado alguna queja. Repasemos lo que ha ocurrido cronológicamente, porque ha habido varios cambios de rumbo.
Cuando Steve Jobs hablaba de "organización electrónica"
En 1990 sólo 1 de cada 200 personas estaba conectada a internet. Decir que había un debate sobre el teletrabajo en ese entonces parece una broma, pero ahí estaba. El mismo Steve Jobs había descubierto ya que "reorganizar electrónicamente" a los empleados era "muy rápido", diciendo que era un método que "podría aguantar los cambios constantes de las condiciones en los negocios". Y hasta el concepto de correo electrónico era raro y novedoso en esa época.
En la llamada 'entrevista perdida' de Steve Jobs, el ejecutivo explicaba sus impresiones:
[...] No podemos tener a alguien trabajando por un jefe diferente cada semana. Tampoco podemos cambiar rápidamente nuestra organización geográfica. No podemos desplazar a empleados por todo el país cada semana. Pero sí que podemos cambiar una organización electrónica a este ritmo. Y es lo que estamos empezando a ver a medida que conectamos los ordenadores a redes sofisticadas y buenas interfaces de usuario.
Podemos poner a trabajar a grupos de personas organizándolo todo en quince minutos. Y esas quince personas pasan a enfocarse en ese trabajo sin importar donde estén geográficamente, sin importar la jerarquía de la empresa. Y estas organizaciones de personas pueden perdurar hasta donde las necesitemos y entonces desaparecer.
Esta forma de pensar de Steve Jobs hizo que, a lo largo de los años a los que estuvo al frente de la empresa, hubiera algunos grupos de empleados que pudieran trabajar (al menos parcialmente) desde sus casas. Un ejemplo que nosotros mismos comentamos en 2013 eran los responsables de la asistencia telefónica al cliente, que podían hacer esa tarea a través de un teléfono y desde sus casas.
Ahora bien, hacerlo implicaba cumplir una serie de reglas estrictas: un periodo de cuatro semanas de prueba con examen semanal, preguntas de comprobación de jefes para comprobar que estabas en tu puesto de trabajo, llamadas y videoconferencias sin aviso... ahora bien, los empleados afirmaban ya en esos años que esa metodología funcionaba. Para algunos empleos, trabajar desde casa era posible y era satisfactorio. Y concuerdo, porque yo empecé a trabajar remotamente para este medio en 2008 nada menos. La comunicación era más tosca porque se hacía toda a base de correos electrónicos, pero funcionaba.
Estabilizando el caos de la pandemia hacia un modelo híbrido
Ahora bien, todos sabemos lo que ocurrió a comienzos de 2020. El teletrabajo pasó de ser un debate a lo que se tuvo que adoptar a la fuerza para proteger a toda la población de un virus entonces desconocido. Tras casi tres meses encerrados en nuestras casas, el trabajo remoto se instaló en todas las empresas.
Fue ahí cuando Apple empezó a poner límites. Sí, se había descubierto que el trabajo remoto funcionaba, pero Tim Cook empezó a exigir que hubiera un mínimo de trabajo presencial. Los motivos los ha ido dando en algunas entrevistas: para él es esencial que las personas vayan coincidiendo en una oficina y colaboren en persona. De cruces accidentales, de encontronazos entre personas de diferentes equipos pueden surgir ideas que no podrían haberse originado desde Slack.
El propio Apple Park está construido con esta intención: la de "juntar" a equipos de diferentes divisiones para hablen entre ellos. Promover una interacción que dé lugar a buenas iniciativas. Si de repente el teletrabajo sacaba a todo el mundo de esas oficinas, esa práctica desaparecía.
Tras varios debates y tensiones con los empleados, en 2022 se instauró una política en la que los empleados corporativos de Apple trabajan tres días a la semana en la oficina fichando con tarjetas identificativas y pueden quedarse dos días en casa. Obviamente no puede ser para todo el mundo (alguien tiene que estar en las Apple Store), pero sí que a nivel corporativo parece haberse aplicado este equilibrio híbrido.
Ahora la pregunta es: ¿durará? En 2023 el teletrabajo ha pasado a una de las cosas que más se tiene en cuenta a la hora de buscar trabajo por mal que le pese a algunos. Depende de muchos factores y de la economía global, pero puede haber más cambios dependiendo del mercado laboral. Lo que parece claro que no va a volver a pleno pulmón es un trabajo en el que haya que estar siempre en la oficina.
Imagen | Carles Rabadà y Mikey Harris
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