Cómo utilizar las imágenes de disco cifradas con contraseña en Mac OS X para proteger nuestros archivos

Cómo utilizar las imágenes de disco cifradas con contraseña en Mac OS X para proteger nuestros archivos
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A menudo utilizamos programas de terceras compañías para tareas que un sistema tan completo como Mac OS X ya hace por si sólo. En muchos casos, dichos programas complementan de modos distintos lo que el sistema operativo hace de forma nativa, pero hoy os presento un truco con el que podréis proteger archivos con contraseña utilizando la utilidad de discos, muy a la altura de muchas aplicaciones de utilidad similar, y que todos tenemos ya instalado.

La idea es utilizar la creación de imágenes de disco (los populares archivos .dmg que todos utilizamos para descargar software) para almacenar cualquier variedad de archivos (da igual el tipo que sean) y cifrarlos mediante contraseña para protegerlos mientras los enviamos por correo, almacenarlos en nuestros Macs con seguridad de que no serán abiertos o para cualquier uso que implique mantener dichos archivos a salvo de curiosas miradas.

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No os penséis que el cifrado es simple o de poca robustez, ya que en Snow Leopard podemos proteger archivos utilizando la encriptación AES de 256 Bits, una de las más seguras disponibles. Además, contamos con la ventaja de que utilizando este sistema podremos abrir nuestro .dmg seguro en cualquier Mac sin depender de programas externos ni conexión a Internet para descargar nada.

Creando la imagen contenedora

cimg_utilidaddiscos_aps1.jpg

Entramos en Utilidad de Discos: En el menú superior veremos distintas operaciones con imágenes, representadas con discos duros. Pulsamos en Nueva Imagen, con lo que entraremos en el menú de configuración del dmg:

cimg_nuevaimagen_aps2.jpg

Todos los parámetros ya aparecen por defecto con los valores más habituales a la hora de crear el contendor. Los más importantes son:

  • Tamaño: Especifica el tamaño máximo del .dmg. Calculad muy bien el tamaño máximo porque no cambia conforme añadimos más archivos (como un fichero .zip, por ejemplo), sino que es algo estático. Únicamente desde las herramientas de Utilidad de Discos, eso sí, podréis cambiar este tamaño.

  • Encriptación: Indica el cifrado máximo de los datos. Cuanto más seguro es, más lento se cifrará, sobre todo en archivos de gran tamaño. Si no queremos protegerlo con contraseña, evidentemente podemos obviar este campo.

Cuando pulsemos en el botón Crear, el sistema nos preguntará por la contraseña mediante la que queremos custodiar nuestros datos:

cimg_establecerpass_aps3.jpg

Como veis en la imagen, incluso se nos indica la “fuerza” de lo segura que es la contraseña, directamente proporcional a lo compleja que ésta sea (caracteres en mayúscula y minúscula, mezclados con números o incluso símbolos como &, ?). Si pulsamos en el pequeño botón de la llave, nos llevará a la aplicación de generación de contraseñas de Mac OS X, del que ya nos habló Samuel ayer mismo.

Una vez elegida e introducida la clave, se creará el contenedor .dmg donde podremos añadir nuestros archivos. Es tan fácil como hacer doble click sobre el .dmg que acabamos de crear, lo que montará la unidad en nuestro escritorio y nos permitirá añadir cualquier tipo de archivo en él:

cimg_guardarcosas_aps6.jpg

Imaginad que se trata de una unidad similar a un pendrive USB, por ejemplo, ya que se comporta como tal. Añadimos los archivos que necesitemos, y pulsamos en Expulsar con el botón derecho del ratón sobre la imagen de disco abierta. Los datos estarán ahora seguros dentro del .dmg, así de sencillo.

Jugando con el Acceso a Llaveros

cimg_retirardellaveros_aps4.jpg

Posiblemente os estaréis preguntando porqué no os ha pedido contraseña si antes hemos puesto una. Esto es porque durante la creación del contenedor, si no lo hemos cambiado, por defecto guarda dicha contraseña en el llavero de Mac OS X. Si queremos añadir seguridad extra a nuestro .dmg, entrad a Acceso a Llaveros y buscad la contraseña tal y como aparece en la imagen de arriba. Podremos borrarla tranquilamente, por lo que nuestra contraseña no será recordada más.

cimg_intropass_aps5.jpg

Si ahora intentamos abrir el .dmg, veréis como efectivamente el sistema nos demanda la clave con la que hemos protegido nuestro contenedor. Al introducirla, se montará en el escritorio y podremos trabajar con él como hemos comentado antes. Fijaos que desde esta pantalla podréis volver a añadir la contraseña al llavero en cualquier momento.

Los usos de este pequeño truco son variados, pero sin duda lo mejor es la versatilidad de su uso: Cualquier Mac que tengamos delante con una versión moderna de Mac OS X podrá hacerlo (y utilizarlos). Incluso podremos crear archivos .dmg con el sistema de ficheros FAT32 para poder ser abiertos y escritos desde Windows, si trabajamos con ambos sistemas.

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