El iPod no lo tuvo nada fácil. De hecho, fue quizás la decisión más difícil que Steve Jobs tuvo que tomar cuando volvió a Apple a finales de los 90. Sobre todo porque las primeras decisiones tras su vuelta fue cancelar los más de 200 proyectos que la Apple de Sculley, Spindler y Amelio se empeñaron en lanzar al mercado - para centrarse únicamente en los productos clave. Pero claro, ¿quien podría ser tan certero como para adivinar qué productos clave serían esos?
Quizás el único que lo podía hacer era Steve Jobs. El primer producto lo tenía claro: aquel otro genio llamado Jonathan Ive tenía algunas de las ideas más locas y absurdas para un nuevo ordenador que jamás habría aceptado ningún otro CEO del sector. Pero a Jobs le fascinó la idea, y se lo jugó todo a una carta - de nombre iMac G3: el primer gran cambio de la Apple tal y como la conocemos hoy en día.
El iMac fue un revulsivo tremendo a la hora de poner la marca de nuevo en las conversaciones del mercado. Apple volvía a ser valiosa, y las miradas se giraban ahora a un Steve Jobs con su cargo plenamente recuperado, y al próximo movimiento de aquel loco. No podía ser una nueva versión del Mac, y no tenían muchas más opciones en una Apple que aún se apellidaba "Computer", pero que quería ser distinta. Parece que había que pensar más diferente que nunca.
Una pista: no es un Mac
Steve Jobs no confiaba en los dispositivos móviles, más después de fiascos como el Newton, que aún parecía palpitar en algún cajón de Cupertino, como el corazón delator de Edgar Allan Poe. Sin embargo, se cruzaron tres puntos importantes que darían a luz al nuevo iPod: el auge creciente en el mundo de la tecnología por los MP3 (donde ya existían reproductores de dudosa calidad en el mercado), la música como tal (que gusta a todo el mundo) y un punto de inflexión tecnológico que permitía cierta miniaturización con la calidad de construcción que habían aprendido creando el iMac. Ive tomó el proyecto de una forma tan personal que incluso soñaba con los diseños. Para Jobs, el iPod fue jugárselo todo a una carta.
El esfuerzo técnico de investigación y desarrollo para conseguir algo como el iPod en aquella época, en una familia de productos sin asentar en el mercado, podía haber llevado a la Apple de la segunda venida de Jobs a la bancarrota. Sin embargo, la fortaleció. No hablo sólo a nivel de presencia de marca, económicamente o con los aprendizajes en la capacidad de producción para futuros productos.
Me refiero a toda la gente que en aquel momento compró un iPod y entonces descubrió a Apple. A aquella Apple, la que creaba con una ambición sin medida - sin precedentes, también - y que supo atraer a tantísima gente a la marca. Me refiero a todos los que empezasteis con un iPod y hoy leéis esto desde un el último Mac Studio, el iPad Air o el potente iPhone 13 Pro Max. Vosotros salvasteis a Apple en un giro que la propia compañía había perdido desde el Apple I: el sentimiento de comunidad y las apuestas por los productos valientes.
En el episodio del podcast de esta semana, Eduardo y yo hablamos de la ruta del iPod por la trayectoria de Apple, de la apertura - por fin - de las puertas del Apple Park a los primeros desarrolladores que llegarán en la WWDC22... y de todas las novedades de la semana, que no son pocas.
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Imagen | Foto de Christine Sandu
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