Tras ciertos problemas con un antiguo portátil PC en casa ajena, se hizo urgente el cambio de máquina. Por desgracia la barrera del precio era infranqueable, por lo que un Mac era la opción a desechar desde un inicio. La opción era clara, un portátil PC lo más (razonablemente) pequeño y potente posible para los recursos de los que se disponían.
Aún así, al estar en una gran superficie con zona Mac, la pregunta surgió ¿Es mejor que Mac? la respuesta del dependiente fue clara; “Puedes conseguir un ordenador más potente, por menos dinero.“ ¿Es esto cierto? si ponemos los datos fríos sobre el papel… Si, es cierto. Pero no podemos aumentar la vorágine del argumento “Más es mejor“. Un ordenador no es mejor que otro por tener mejor tarjeta gráfica, más memoria o mayor capacidad de disco duro.
El ser humano ha sido capaz de llegar a la luna con un ordenador el cual a día de hoy cualquier videoconsola es mil veces superior en capacidad. Luego no podemos basarnos únicamente en eso. Un ordenador es un compendio de Hardware y del Software encargado de gestionar dicho Hardware, luego debemos recabar más datos que nos lleven a intentar definir si la sentencia del título es cierta o no.
Hardware
¿Es tan obsoleto el hardware incluido en los Macs? Aquí tenemos que empezar a delimitar casos, evidentemente alguien con los suficientes conocimientos informáticos será capaz de montar un ordenador sensiblemente más potente y barato. Pero no se trata de esto, el Hardware que poseen los ordenadores de Apple posee un Software completamente escrito para él.
¿Resulta esto importante? Nos guste o no, la tiranía de Hardware nos beneficia en cierta medida. El tener un Hardware completamente controlado por la misma compañía que desarrolla el Software implica que no existen terceros que escriban los controladores para dicho Hardware por lo que la comunicación entre Hardware-Software es la óptima. Apple tiene una corta lista de Hardware soportado (lo cual solo repercute realmente al Mac Pro) pero al menos tenemos la certeza de que sus controladores (o drivers) están perfectamente integrados con el sistema.
Sistema operativo
Walt Mossberg dijo que Windows 7 había comido mucho del terreno que distaba entre Windows y Mac OS X, tras una semana utilizando y configurando un Netbook de gama alta con Windows 7, puedo decir sin temor a equivocarme (todo lo que una opinión personal nos permite) que nada más lejos de la realidad.
Partiendo de la base de que Mac OS X tiene un núcleo Unix (con todo lo que ello implica), a día de hoy, en Apple tras la migración a Intel ha hecho todo lo posible para compatibilizarse con Windows. Un ordenador con Snow Leopard instalado, recién sacado de su caja, ofrecerá muchos menos quebraderos de cabeza de los que pueda organizar un ordenador con Windows.
Partiendo de dos sencillos ejemplos, configuración de red y de dispositivos externos. Conectar a un Mac en una red con más ordenadores, implicará que el Sistema Operativo los detecte casi sin proponerselo, ya sean estos ordenadores Windows o no. En Windows tendremos que empezar a manejar conceptos como los grupos de trabajo, mientras que con Mac OS X, se nos mostrarán los equipos automáticamente en el Finder.
Por poner el caso concreto de un dispositivo externo, si nos centramos en un dispositivo tan usual como pueda ser una impresora, vemos que gracias al gran desconocido Bonjour podremos tener configurada casi cualquier impresora en un tiempo récord. Si intentamos delimitar tiempos de configuración, instalar una impresora HP fue sensiblemente más rápido instalarla en un MacBook que en un HP Pavillion con los drivers incluidos por la propia compañía en Windows.
Software incluido
Y volvemos a nuestro caballo de batalla favorito, la suite iLife. No hay nada que se le parezca en estos momentos en el mercado, al menos nada que venga pre-instalado en nuestro ordenador. HP tiene algo parecido, pero solo se centra en el apartado de imagen y vídeo. Con iLife tenemos nuestras necesidades en música, vídeo, audio, web o DVD completamente cubiertas desde un inicio.
Pero no queda ahí la cosa, con vista previa, Quicktime o Safari podremos visionar casi cualquier contenido automáticamente en nuestro Mac. Podremos ver cualquier formato de imágenes, vídeo, reproducir Flash, abrir documentos PDF desde el primer instante, en Windows nos tendremos que empezar a gestionar todos estos aspectos mediante la descarga de programas vía Internet, y no, no todo el mundo sabe como hacerlo.
Usabilidad
Este es el As bajo la manga que siempre ha tenido y siempre tendrá Mac OS X. Las palabras que me lanzó un gran amigo Linuxero tras su paso a Mac me quedaron grabadas a fuego; “Quiero un entorno gráfico donde no me deje las pestañas tras leer un par de How-to´s, y lo mejor de todo es que sigo teniendo la terminal“.
Hoy por hoy, sentarte ante un Windows es un auténtico suplicio, constantemente, a cada paso, te están saltando ventanas preguntándote si deseas realmente o no hacer eso que estás haciendo. Si, lo se, se pueden configurar los niveles de alerta, pero tienes que pararte a leer como hacerlo y recuerda, estamos intentando ponernos en el pellejo de un usuario medio-bajo en el campo de la informática.
Lo más normal es que el usuario novel, acostumbrado a las ventanas emergentes, se pase un cuarenta por ciento del tiempo frente a su ordenador cerrando ventanas que no comprende muy bien por que aparecen… Esto en Mac no ocurre.
Se que esta discusión que estoy planteando aquí, hoy, no tiene fin. La compra de un ordenador confluye muchas variables, gran parte de las cuales son meramente personales. Pero por circunstancias del guión, tras estar dos horas sentado delante de ese ordenador con Windows tan barato y tan potente me llevaron a reafirmarme en el hecho de que esos 1300 Euros que me gasté hace dos años no fueron tan mala inversión como decían.
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