Los wearables son una categoría que hace tres años casi ni existía. La categoría apenas está dando sus primeros pasos y los consumidores estamos comenzando a averiguar para qué sirven. Qué nos aporta llevar una pieza de tecnología puesta en nuestro cuerpo.
Las primeras compañías en intentar darle una respuesta fueron Fitbit, Nike y Jawbone entre otras. Aprovechando la cercanía y fijación al cuerpo, crearon dispositivos que cuantificaban la actividad física mediante diferentes parámetros. Pasos, calorías quemadas, distancia recorrida e incluso ritmo cardíaco.
El gran enemigo de los wearables
A pesar de que cada vez hay más personas que han adquirido uno de estos dispositivos, hay un obstáculo con el que tarde o temprano se topan: el abandono. Según un estudio del año pasado, algo anticuado ya para lo joven que es esta categoría, un tercio de los propietarios de un wearable lo acaban abandonando a los 12 meses.
En mi caso, el año pasado tuve una pulsera Fitbit Flex que disfruté durante 6 meses. En cuanto llegó agosto, un día me la quité para cargarla y nunca más me la volví a poner. Como apuntaron algunos lectores en los comentarios, simplemente me aburrí del dispositivo.
La información que me proporcionaba no era tan valiosa como para contrarrestar el "esfuerzo" de llevarla puesta. Creo que uno de sus defectos fue la escasa integración entre la app y la pulsera. La app era confusa, no mostraba información muy útil ni me la presentaba de una forma que pudiera entender con rapidez.
Sea cual sea la razón detrás del abandono de los wearables, lo cierto es que mantener el interés del usuario por llevarlo cada día es su gran reto. El Apple Watch es otro dispositivo que también debe enfrentarse a este problema. Y parece que Apple ha dado con la solución.
Así te engancha el Apple Watch
Desde que recibí el Apple Watch, tuve mucha curiosidad por saber cómo serían sus funcionalidades de cuantificación física. La diferencia más llamativa es que no se centra únicamente en la medición de pasos como piedra angular de nuestra actividad. En vez de eso, cuenta con tres tipos de actividad representados por tres anillos diferentes:
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De pie: mide cuántas horas hemos estado al menos una vez de pie, con un objetivo de 12 horas al día.
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Actividad física: su objetivo es que nos movamos hasta 30 minutos al día, para ello contará cualquier actividad por encima de un paseo rápido.
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Calorías: es la única que podemos personalizar, aunque el Apple Watch sugiere un nivel diario en función de unos parámetros como peso, altura, edad o género.
Estos anillos se van completando conforme avanza el día y los podemos consultar en cualquier momento desde la app de actividad, en el vistazo o en su complicación (sólo en algunas watchfaces). Lo confieso: completar esos anillos se ha convertido en casi una obsesión.
No me importan las medallas ni el número de pasos que doy cada día. Sólo ver que esos anillos van completándose. En especial el de ponerse de pie, que es el más sencillo de completar y a la vez el más complicado porque sólo debes ponerte de pie, pero hay que hacerlo a lo largo del día. Los otros dos se pueden alcanzar con media hora de ejercicio más o menos intenso.
El reto de la semana perfecta
Creo que Apple ha conseguido una serie de incentivos para que los usuarios queramos llevar puesto el Apple Watch cada día. Para unos serán las medallas, los anillos de actividad o las futuras apps de terceros que llegarán con watchOS 2, pero lo cierto es que han sabido cómo hacer que mantengamos el interés por su wearable.
Para alguien que trabaja desde casa delante de un ordenador, lo cómodo y fácil es estar todo el día sentado. Dejar que pasen las horas delante de la pantalla sin que te des cuenta. Al igual que comentaba nuestro compañero Miguel López, el Apple Watch me ha hecho ver la cantidad de tiempo que pasaba sin levantarme de la silla a estirar las piernas. Cada hora que paso sentado me da un toque invisible en la muñeca para que me ponga de pie y ande durante al menos un minuto.
Cómo presentas la información es tan importante como qué tipo de datos registras
Es por esto que hace unos días me propuse completar todos los anillos de actividad durante una semana. Es interesante ver cómo este reto te obliga a cambiar de hábitos y, sobre todo, a ser más precavido. Nadie quiere salir a correr a las 11 de la noche durante 20 minutos. En vez de eso, acabas haciendo ejercicio a media mañana o por la tarde.
Completar los anillos te "obliga" a ponerte el Watch nada más levantarte para que comiencen a contar las horas del círculo "de pie" lo antes posible. Que Apple haya conseguido que queramos utilizar su wearable todo el día es un gran paso adelante para esta categoría. Y si en el proceso hace un poco más saludable nuestra vida diaria, mejor.
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